ste fin de semana no sé si veré Eurovisión porque desde que han cambiado el sistema de votación ha perdido todo el glamour. Desde que no dicen eso de “Guayominí, di puán”, que en realidad era “Royaume Uni, dix points” (”Reino Unido, diez puntos”, en francés), no es lo mismo. Y además la dichosa Chanel y el seguimineto que se les está haciendo en los medios ya cansa. Es peor que el chun-chun de las peñas el 13 de julio.

Otra opción sería hacer botellón, pero gracias a la campaña de los tetra briks gigantes del alcalde he comprendido que no está bien porque la mitad del vecindario de las zonas afectadas, la mitad de las personas empleadas en las labores de limpieza y la mitad de quienes regentan los bares están hasta la coronilla. Sólo la mitad, los hombres concretamente. De las mujeres no dicen nada así es que entiendo que igual a ellas no les molesta el botellón. Ya no dé que pensar.

Recordad, por otra parte, que el sábado por la mañana también hay una consulta popular sobre Monarquía o República, aunque en Pamplona no se sabe qué pasará porque el Ayuntamiento, fiel a Sus Majestades, no ha dado todavía la autorización para poner las urnas.

He visto también que el domingo van a hacer en Gorriti la 1ª Subasta Nacional de sementales genómicos de raza Latxa. No se trata de hacer carneros transgénicos, ni nada por el estilo, sino que han desarrollado un proyecto para estudiar el ADN y la herencia genética de los animales y determinar así cuáles son más aptos para engendrar ovejas que den más y mejor leche. El objetivo de esta moderna feria de ganado es vender algunos de estos ejemplares para ir mejorando la raza. La verdad es que me parece lo más interesante de toda esta agenda.