ace un par de semanas la directora de la Escuela Oficial de Idiomas de Tudela nos notificó al conjunto del profesorado que el Departamento de Educación prevé grandes recortes para el curso que viene. El departamento de euskera, del cual formo parte este curso como profesor interino, como el de alemán, pasará de 6 grupos a solo 3, el de francés de 8 a 6 y el de inglés de 30 a 26. Siendo todos los recortes enormemente lamentables -cualquier recorte en materia de educación o sanidad es un paso atrás como sociedad-, especialmente dolorosa es la eliminación de la noche a la mañana de la mitad de los grupos ofertados para aprender euskera en la única Escuela de Idiomas pública de la Ribera. Como en alemán, ni siquiera habrá un grupo por nivel, por lo que se cerrará la puerta en muchos casos a que los riberos y riberas puedan empezar o continuar estudiando la lengua propia de Navarra.
Sin lugar a dudas, es una decisión llena de simbolismo en lo que a la política lingüística del Gobierno se refiere que, además, rompe con su propio compromiso de dar continuidad durante la legislatura 2019-2023 al denominado como Primer Plan Estratégico del Euskera (2016-2019), que estableció unas claras líneas estratégicas a seguir: “Amparar el derecho de los ciudadanos a conocer y usar el vascuence y definir los instrumentos para hacerlo efectivo; proteger la recuperación y el desarrollo del vascuence en Navarra; garantizar que los centros públicos de euskaldunización y alfabetización de personas adultas atiendan la demanda que reciban; ampliar progresivamente la oferta y número de plazas de la Escuela Oficial de Idiomas en Iruña/Pamplona y Tudela, extendiendo la posibilidad a otras poblaciones que por su situación estratégica y demanda así lo requiera”.
En la actualidad, se está elaborando el Segundo Plan Estratégico del Euskera (2020-2027) que debiera dar, según su propio compromiso, continuidad al anterior.
Al parecer, la razón de los recortes es el reducido número de alumnado. De hecho, hay que reconocer que tenemos bastantes menos de los que nos gustaría. En los últimos años ha habido una matrícula escasa y, como en el resto de idiomas, tendencia a la baja. Las razones son diversas: la zonificación lingüística de Navarra y los mensajes en contra del euskera son, sin duda, algunas dificultades estructurales a las que hemos tenido que hacer frente; ni que decir tiene la influencia negativa que ha tenido la pandemia; y, también, la falta de profesorado estable en el departamento durante los últimos años. Sin embargo, ante la mala racha, en lugar de apoyar y sostener al departamento de la lengua propia de Navarra, para que se vaya recuperando y dando la vuelta a la situación poco a poco, Educación aprovecha la coyuntura para darle la última punzada letal. Asimismo, resulta difícil de comprender el momento que han elegido para ejecutar los recortes, puesto que tras las oposiciones del pasado mes de junio, el próximo curso habrá por primera vez una profesora funcionaria fija -y única si se mantienen los recortes- en el Departamento de Tudela. Esto es, era el momento idóneo para empezar a posibilitar la estabilidad y recuperación del departamento y del idioma en la escuela. En lugar de potenciar eso, han decido quitar tres grupos y desmantelar prácticamente el euskera en la EOI de Tudela.
La verdad que es triste corroborar el poco compromiso del Gobierno de Navarra respecto al euskera, ninguneando sus propias líneas estratégicas, precisamente en el lugar donde más apoyo y cariño necesita. El euskera es la lengua propia de nuestra tierra, patrimonio de todas y todos los navarros, y por ello debería garantizarse su enseñanza de calidad en la única Escuela de Idiomas pública de la Ribera a aquellas personas que así lo deseen. Tenemos pocos alumnos y alumnas, sí, pero entusiastas y con un perfil muy agradecido y voluntarioso. No es fácil aprender euskera en la Ribera y por ello tienen mucho mérito. Por ello, pido desde aquí al consejero de Educación que reconsidere los recortes y tenga altura de miras, está a punto de dar un golpe tremendo al euskera en la Ribera por ahorrarse un poco de dinero. No es solo por el actual alumnado que no podrá matricularse el año que viene, sino por todas las riberas y riberos que en los años venideros tengan la inquietud de aprender euskera y ante la falta de oportunidades acaben descartándolo. La experiencia nos dice que lo que una vez se pierde cuesta mucho trabajo recuperar.
*El autor es profesor interino de euskera en la EOI de Tudela durante el curso 2021/2022