Hoy más que nunca Europa, asediada por la guerra y la crisis económica, precisa de un fuerte impulso en el que ha quedado claro que los Estados no son suficientes para ser resolutivos. Así, la reciente visita de Iñigo Urkullu a París se enmarca en la pretensión de llevar a Europa una reflexión de alto nivel, sospechosa a ojos de quienes estén anclados en los modelos estatales de relación que se han revelado miopes ante la transformación global de la interdependencia pero capaz de potenciar la transformación del proceso de construcción europea en tiempos de dudas. La reducción de su análisis a la mera participación en el Ecofin o a la reivindicación de las entidades subestatales con competencias como agentes de primer nivel en las instituciones europeas no haría justicia a la profundidad de la reflexión. Los estados, acosados, por la evidencia de su inoperancia a la hora de aportar soluciones locales y sus limitaciones cuando se trata de manejarse individualmente en un escenario global, pueden acabar siendo un freno a la evolución del modelo cooperativo europeo y, con él, al desarrollo. Los estados preocupados por blindar sus competencias son menos eficientes que aquellos que aplican sin complejos el principio de subsidiariedad. En ese sentido, el marco multilateral global acredita que, en materia energética, de seguridad y sostenibilidad social, económica y ambiental, la cohesión europea no puede verse limitada por el trazado de una línea en un mapa. Hacia arriba y hacia abajo hay un recorrido que hará más eficiente la cooperación regional entre perfiles sociales, económicos y geográficos afines. Existen realidades institucionales y competenciales ya en el seno de la Unión Europea que lo permitirían, como acredita la experiencia de la Eurorregión Aquitania-Euskadi-Navarra en materia de cooperación transfronteriza. Condicionar la eficacia de la acción administrativa y su rendimiento para la ciudadanía por evitar un presunto menoscabo de la integridad competencial estatal es un anclaje al decimonónico concepto de estados-nación. La cohesión multinivel, la acción cooperativa de pueblos y regiones con capacidad competencial propia serán garantía de desarrollo y eficiencia en la Unión Europea.
- Multimedia
- Servicios
- Participación
