Despechada y vengativa ultramontana:

Pido perdón a mis lectores a quienes su solo nombre provoca erisipela, pero no puedo pasar por alto su penúltima andanada contra el partido que hace cuatro días la puso de cabeza de lista en Andalucía, donde se pegó el morrazo del siglo. Ha alertado a sus ex compañeros y ex amigos de la posiblidad de ser ilegalizados por las denuncias de falta de democracia interna de quienes, como usted, se han caído del caballo... o los han empujado. Ahí es nada, sitúa vuecencia a los abascálidos a la misma altura de sus odiadas formaciones rojoseparatistas. No le quito un minuto más. Siga usted en la vendetta y no se corte medio pelo, que el espectáculo que está dando es de los que se disfruta con una sonrisa.