Primera ministra de Escocia: No ha podido estar más atinada en su reacción ante la negativa del Tribunal Supremo británico a su demanda de celebrar un referéndum sobre la independencia de su país, una vez que el Brexit ha cambiado las reglas del juego. Después de dar una indudable muestra de fair play aceptando la sentencia pese a la enorme decepción, ha dicho algo evidente: que lo que se demuestra es que el llamado Reino Unido no es la unión voluntaria que se proclama en sus principios fundacionales. Al final, igual que en el Estado español, el alto tribunal de Gran Bretaña es juez y parte, y por eso se ha pronunciado como lo ha hecho. Así las cosas, las próximas elecciones generales en las islas serán un referéndum de facto.