Las fiestas con prostitutas que han salido a la luz en la trama Mediador recuerdan por su zafiedad a las organizadas en su tiempo por Luis Roldán cuando era director general de la Guardia Civil. Hasta las fotografías filtradas de esas orgías guardan cierto paralelismo con aquellas publicadas en su día por la revista Interviú y que supusieron un escándalo mayúsculo, tanto por los personajes implicados (cargos públicos), por los consumos de sustancias estupefacientes, así como por el uso y abuso de chicas en esas citas.

El reunir a un grupo de amiguetes y convocar mediante pago a mujeres con la condición de responder a las peticiones de los presentes es algo más común de lo que puedan dar a entender las noticias que saltan a la opinión pública de tiempo en tiempo. No solo se utilizan a las mujeres en esas fiestas de corte cutre en las que hay un acuerdo económico entre las partes; también por grupos de más poder económico o bien en locales más sofisticados. Perviven de esta manera formas de actuar que cosifican a la mujer, ejerzan o no la prostitución, lo hagan de manera voluntaria o forzada, bajo amenazas o por pura necesidad para vivir ellas y sus familias.

En este sentido, la pasada semana tres mujeres representantes de Médicos del Mundo Navarra informaron en el Parlamento foral sobre la vulneración de derechos a las personas en situación de prostitución. La Ley Foral contra la violencia hacia las mujeres incluye desde el año 2018 la prostitución como forma de violencia machista. Navarra ofrece servicios y recursos, tanto en materia social como sanitaria, así como siete plazas residenciales.

No parece suficiente; en esa comparecencia se habló sobre la “invisibilización” de este colectivo, también en las campañas institucionales contra la violencia de género. Mientras, el PSOE, salpicado por las fiestas organizadas por su exdiputado Juan Bernardo Fuente, el tío Berni, se ha visto empujado a reiterar que seguirá reclamando la abolición de la prostitución, otro punto de fricción con sus socios de Gobierno. No parece un empeño fácil, aunque sí debe serlo, al hilo de esas fiestas, el luchar contra el proxenetismo, explotación que se trata de atajar ahora con una propuesta legislativa en el Congreso.