Hace meses que el Ayuntamiento de Pamplona mantiene paralizada la concesión de una licencia para instalar una terraza en la Plaza del Castillo, pese a que el Tribunal Administrativo de Navarra reconoció el derecho de la asociación cultural Laba Elkartea a que se le otorgue dicha autorización. Además, la propiedad de este inmueble solicitó al Consistorio  la retirada de las mesas y sillas que el bar de al lado mantiene en su espacio sin su autorización, conducta permitida por el área de Seguridad Ciudadana. Pese a lo que cada uno piense sobre la presencia masiva de terrazas en el Casco Viejo, la cosa tiene bemoles: el mismo Ayuntamiento que sembró de barras la plaza en Sanfermines, impide a este colectivo disponer de un espacio exterior, le pone un sinfín de trabas, se resiste a cumplir las resoluciones y olvida que su propia ordenanza municipal recoge que los locales de degustación de café –como es este caso– pueden disfrutar de terraza. Seguridad Ciudadana sigue a la suya, aunque el TAN cuestione sus argumentos y el Defensor del Pueblo le pida adaptarse a la legalidad y respetar los derechos de los propietarios. Sin embargo, nadie sospecharía que el asunto tenga que ver con que Laba es un proyecto en apoyo al euskera. Sólo los malpensados imaginan cosas así…