El poder evocador de la música… Estaba atento a la actualidad del día cuando las notas de Time Passages y la voz de Al Stewart se cuelan desde la radio y me arrastran a un tiempo remoto, a sumergirme bajo una catarata de recuerdos, agua pasada que mueve el molino de las emociones. La música emociona y más si es del autor de Year of the cat, aquella cinta de cassette que dio vueltas y más vueltas como las agujas de un viejo reloj de cuerda eterno. Las melodías de aquel disco LP –Time Passages es posterior– llevan adheridos entre sus notas momentos que han quedado impresos como hojas perennes en el álbum de la memoria, que tienen día, lugar y rostros de gente que componen ese cuadro que envejece mal con el paso del tiempo. Al Stewart, cinta, cassette, LP, reloj de cuerda...; entiendo que habrá personas que lean estas líneas y piensen que son palabras sacadas de un libro de arqueología. Quizás tengan razón. Lo avisaba el cantante galés en algunas de las frases de Time Passages: Los años van cayendo en la luz que se desvanece.../Los años corren demasiado cortos y los días demasiado rápidos/ Las cosas en las que te apoyas son las cosas que no duran... El tiempo pasa pero la música permanece. Pegada a la vida.