Tienes que disfrutar al máximo de cada segundo, lo sé. Claro que lo sé. Todos lo sabemos, creo. Es el mensaje en boga. La tiranía de los nuevos tiempos: sé feliz sin parar. Pero si no lo consigues, no te tienes que deprimir, hombre. O mujer. O lo que seas. Lo más triste del mundo es una persona que se deprime por no disfrutar cada segundo. Y perdona la rima involuntaria. Odio las rimas involuntarias, pero son juguetonas y enredadoras, ya sabes: les gusta reírse un poco de todo. No obstante, claro, para llevar una existencia decente y positiva, lo importante es sumar. Si sumas, bien. Si restas, mal. Es fácil de entender. Hay que sumar, sea como sea. Ya lo dijo Casado en sus buenos tiempos (hace no tanto): Navarra Suma es el ejemplo de cómo hay que hacer las cosas. ¿Te acuerdas, Lutxo? Ah, los viejos tiempos. Lo que pasa es que todo pasa, claro. O, como dice Feijóo, lo importante es que nos centremos en lo importarte. Punto. La política no es difícil și no le lías mucho con las palabras. Claro que, ¿quién no se lía? Todos nos liamos. A veces se te ocurren cosas que no puedes decir en público. Es normal. O que antes podías, pero ya no. Así que, si eres columnista, tienes que andar con cuidado. No se trata de libertad de expresión, se trata de no ser un estúpido y olfatear la psicoesfera. Ahora bien, vivimos en los tiempos del nihilismo narcisista y lo sabemos. Y no digo que el nihilismo narcisista no tenga sus cosas buenas, ojo. Que conste que no estoy insultando al viejo y entrañable nihilismo narcisista al que admiro y respeto casi tanto como merece. Pero cuando hay que sumar, no hay que restar, creo. Ya me entiendes, supongo, Lutxo, querido amigo. Espero que al menos tú me entiendas porque hay veces en las que no me entiendo ni yo.
- Multimedia
- Servicios
- Participación
