Las mujeres son más beligerantes porque carecen de pene. Al leerlo, me planteo si soy beligerante o no y la respuesta no es concluyente. A ratos. Y, como nunca, de eso estoy segura, he tenido pene, estoy confusa.

El tuit tiene ya tres años, pero se ha viralizado esta semana. Su autor, el presidente del parlamento balear, no es un aficionado, sigue una tradición de peso y, o bien se permite una metonimia, usar la parte para nombrar el todo, esa parte concreta para aludir a la masculinidad, o bien expresa literalmente su pensamiento, algo como que el pene porta o explica la contención, la mesura, la templanza o la altura de miras de los hombres. Yo lo interpreto así.

Ya Aristóteles decía que las mujeres éramos vasijas vacías, meros recipientes del semen creador. No obstante, podíamos fastidiarla, mientras que los úteros secos y cálidos producirían varones, los más destempladillos, húmedos y fríos, mujeres. De ahí a revisitar a Freud, ¿qué son veintitrés siglos?

Pero volvamos al texto. ¿Todas las mujeres somos más beligerantes? ¿Todos los hombres lo son menos? ¿O es que las mujeres somos beligerantes y los hombres otra cosa, qué se yo, vehementes, tenaces? Sería importante aclararlo.

Ninguna figura masculina del partido del presidente ni del que le ha abierto la puerta al parlamento ha opinado en contrario. Esto se explica por su falta de beligerancia. De las mujeres de esas formaciones solo cabe inferir que están de acuerdo o que han decidido que lo más prudente es el silencio.

Yo creo que estas cosas no hay que dejarlas pasar, porque te pones a reflexionar y siempre sale algo. Ahora, por ejemplo, me viene eso de que el intestino es el segundo cerebro y pienso si no habrá más cerebros en otras partes del cuerpo. Buen verano.