T arde de calor y a ratos de bochorno esta del 9 de julio que vivimos ayer. Día en el que uno se pega en sus labores feriales y taurinas todo el día y se pierde la celebración del 94 cumpleaños de su señor padre. Igual, aunque solo fuere por ello, viene con montones de ganas para justificar lo que se pierde en tal evento de grata reunión familiar. Que la feria no arranca y ayer había ganas, lo tenemos por seguro. Que el planeta torista de esta región desea siempre el triunfo de casas como la de La Zorrera, nos queda más que claro. Pero ayer, vimos solo dos toros con posibles, curiosamente tercero y sexto, lo cual nos sigue demostrando, si ven las notas de abajo y las leen, que el toro bien hecho da las posibilidades mayores a los actuantes. Y por otro lado, a los largones se nos hace raro cómo realizan la tropa matinal que arropa a cada diestro los lotes pertinentes.
Dos guapos para el tercero, dos feos para el segundo y dos mal hechos para el primero. Y como el tuerto debe ser el rey en el país de los ciegos, un chaval que no pega una serie en redondo, que no torea como debe a ninguno de sus dos guapos, que no luce más a cada uno de ellos confundiendo al personal, que ya, dicho sea de paso, vive bastante confundido en esto, acierta con la tizona y se lleva una Puerta del Encierro, que para mí es de las más baratas que he visto en mi vida en esta plaza. Y doy fe, que si algo se ve en la Feria del Toro, año a año, son puertas grandes regaladas al aroma del alcohol y bien yantar. Y hasta cuando así, es la cuestión, hasta que Vdes. quieran. Al final son los que pagan y deciden en un mundo en el que el esfuerzo y el trabajo parece quedar de lado. Luego somos la crítica gente extraña que parece hemos estado en otro planeta mientras flameaban con tesón sus pañuelos y solicitaban hasta la segunda a un chico, permítanme que les diga, que solo va a sumar orejas, y no contratos. Porque en esto hay algo más que chillar, insultar si no estás con el partidario y contar engaños. Si el día 8 dos gladiadores echaron p’alante y pecharon con algo duro y áspero, ayer tres no han hecho lo mismo. A ratos, de falta de raza, parecía mansa lo de Medina Sidonia, pero no estuvieron con ello. Se dejaron llevar a los terrenos de los bureles, y no dieron la talla. Pero, encima, para dos que salen muy por encima del resto que le toquen al que peor los ha cuajado me demuestra, en día de refranes, que Dios da pañuelo a quien no tiene mocos. Rozando el suspenso la corrida aparece un sexto que la eleva sin condición a una plaza que sigue a lo suyo, y que estoy seguro que en días venideros, cuando aparezcan esos del caché cambiará de actitud, pero que a ratos se aburrió hasta el extremo, y solo salió del sopor por, eso es cierto, dos buenas espadas que sacaron el chico de Michoacán, apodado el Huracán de Morelia. Otro día con más pena por no ver triunfo grande de los toros.