La reprochable actitud de Luis Rubiales viene de atrás pero ahora ha llegado demasiado lejos. La inaceptable y machista conducta del Presidente de la Real Federación Española de Fútbol al dar un beso en la boca a la jugadora Jenni Hermoso en el acto de entrega de galardones en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda donde se proclamaron campeonas ha provocado una polémica que debería llevar consigo el que este hombre no siga ni un día más en su puesto.

Las conductas machistas en el mundo del deporte son tan cotidianas que pocas veces llegan a ser noticia. O lo que es peor, muchas veces las noticias son igualmente machistas por la forma en que se cuentan. Gestos machistas que se normalizan y se disfrazan y más en un mundo tan masculino como es el fútbol. Coincido con quienes estos dias piensan que hay algo incompatible en celebrar el gran avance para las mujeres que supone ganar un Mundial con ver cómo el presidente de la Federación besa a una jugadora sin su consentimiento.

Porque no es una gilipollez, como dice el propio Rubiales, que luego ayer tuvo que lanzar un mensaje de disculpas que ni el mismo se cree. Y es más, hace tiempo que las mujeres no estamos para ese tipo de gilipolleces ni para aguantar a quienes las provocan. Creo que hemos avanzado mucho en igualdad en el deporte y en la vida, que son mayoría los hombres que piensan como nosotras y que creen que ese beso robado, como una caricia no consentida, no es algo normal. Pero por desgracia, este tipo de actitudes no solo empañan el paso histórico de estas campeonas sino que nos recuerdan que queda mucho camino por recorrer.