Dice Eduardo Galeano que “el fútbol es el espejo del mundo”, y cómo no recordar esa frase cuando Javier Tebas se lamenta de que el fútbol español está ante la mayor crisis de imagen internacional de su historia por haberse juntado “los casos Rubiales y Negreira, y los ataques racistas a Vinícius”. –Espejito, espejito, ¿qué país está lleno de machistas, de corruptos y de racistas...? Y si el país es así, cómo no se va a ver eso trasladado de alguna manera al fútbol, el fenómeno social por excelencia. Y si bien vemos que ellas se han puesto a intentar cambiar el machismo en el fútbol, y que el racismo en las gradas se intenta castigar con dureza, lo de la corrupción apenas se ha empezado a señalar, porque muchos de sus protagonistas son los mismos que tienen la sartén por el mango... No, no culpen esta vez al fútbol, que se limita a devolver el reflejo de tanta miseria.