Estaba dejándome envolver por las alas de la túnica plisada, dorada y transparente de Florence Welch mientras la percusión, la guitarra y los teclados de The Machine acompañaban el vuelo de su voz sobre miles de cabezas. Ella iba de aquí para allá descalza y sus alas adquirían una cualidad flamígera al ser atravesadas por los haces luminosos de los focos y su ondulante melena naranja de señora de los bosques de Sherwood ardía. Yo no he asistido a este concierto. Pero si unos amigos míos que sí lo hicieron me hubiesen contado alguna anécdota y si veo el vídeo el suficiente número de veces podría terminar por convencerme de que yo también vi volar su voz y de que la anécdota es mía.

Paul Landis es uno de los cuatro agentes que rodeaban a John Fitzgerald Kennedy subidos a los estribos laterales de su descapotable en el icónico paseo por Dallas el día que lo mataron. A sus 28 años fue testigo de primera línea de uno de los sucesos que han marcado la historia contemporánea. Un asesinato que ha generado un sinnúmero de revisiones, películas, análisis y teorías. La que aprobó la Comisión Warren en última instancia fue la de la bala mágica. Un proyectil de 6,5 mm. que habría impactado a JFK por la espalda, salido por su garganta y herido después al gobernador Connally, que viajaba con él, en la espalda, el pecho, la muñeca y la cadera. Esta inaudita trayectoria de la bala se ha sostenido hasta ahora. Pero Landis, que tiene 88 años y, al parecer, recuerdos fiables, ha publicado un libro en el que asegura que encontró el casquillo de cobre de una bala en el asiento del coche, lo depositó en la camilla del presidente y desde ahí pudo rodar hasta la camilla vecina, la de Connally. El hecho de encontrarla ahí hizo considerar a la Comisión Warren que esa única bala había herido a las dos personas. Si lo que mantiene Landis es cierto la teoría de la bala mágica dejaría paso a otra, Lee Harvey Oswald no habría estado solo disparando. No le habría dado tiempo a recargar para disparar todos los proyectiles. Alguien empuñó otro rifle. ¿El recuerdo que mantiene Landis 60 años después es fiable? ¿O su memoria ha autocompletado tras reconstruir decenas de veces lo que vio?