Presidente electo de Argentina: Recuerdo haberle escrito tras su derrota en la primera vuelta de las elecciones, con la esperanza de que ese traspié se confirmara en la segunda. Pero no solo no ha sido así, sino que su victoria sobre el peronista Sergio Massa ha sido inapelable.

Tanto, que el propio vencido no esperó al final del escrutinio para reconocer que ya no tenía nada que hacer, al tiempo que, elegantemente, aceptaba el resultado y lo que suponía: un nuevo tiempo para su país. No le tuvo que ser fácil reaccionar así a quien tiene un proyecto tan distinto al suyo y a quien, como millones de personas en todo el mundo, aguarda lo peor de su mandato y teme quedarse corto. Pero al final, y aunque nos produzca un profundo disgusto, los números de las urnas responden a la voluntad popular. No hay más.