El duende de la imprenta se adapta a los tiempos. Antes vivía en las galeradas y en las cajas de matrices y ahora ha encontrado su hábitat en los teclados del ordenador y en los sistemas de edición. Pero su objetivo sigue siendo el mismo: alterar palabras, textos y titulares para ponernos en un aprieto a los periodistas, dar lugar a cierto cachondeo, material para el resumen anual de gazapos y oportunidad de zaherir a quienes están esperando encontrar un resquicio en el papel para exagerar todo tipo de interpretaciones absurdas, partidistas y revanchistas. Por lo menos sirve para que estos últimos asomen la cabeza y se identifiquen.
Esto pasó el miércoles, día 1, con el titular principal de nuestra portada, en el que se consignaba que el crecimiento económico de Navarraen el último trimestre ha sido del 8% cuando fue del 0,8%, como figura en páginas interiores. El cero y la coma se esfumaron entre las letras gordas. Solo puedo pedir disculpas por la errata; sobre todo porque vivimos tiempos en los que la propalación de bulos nos coloca a periodistas y medios bajo sospecha, y además de ser exigentes con nosotros mismos no podemos dar munición gratis a quien espera el error para desacreditar y hacer todo tipo de lecturas maliciosas. Por eso hay que sostener la tensión y la atención más que nunca. Y vigilar donde habita el duende.