Qué gozada sería si todas las visitas turísticas y culturales fueran como las que está haciendo estos días la actriz Estefanía de Paz, como Remigia Echarren, La Reina del Arga. Básicamente se podría decir que es Estefanía es como la reencarnación de la funambulista pamplonesa que llegó a ser famosa por toda Europa a finales del siglo XIX. Se mete en su piel y en su vestido y va llevando a la gente por las calles y plazas que fueron importantes para ella. Y entre risas y juegos la renovada Remigia nos va contando cómo se inició en esto del circo gracias a una compañía que vino un año en San Fermín, cómo hizo en las murallas sus primeros ejercicios o cómo después atravesó la plaza de toros y cruzó el Arga sobre una maroma. También nos cuenta que un accidente en Ondarroa trajo el fin de su carrera y que su marido se bebió todo su dinero.
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Hace ahora un año apareció una foto de Remigia de 1883, encontrada por casualidad por un coleccionista en Zaragoza y por fin le hemos podido poner cara a la mujer sin rostro, porque a pesar de ser famosa no ha pasado a la Historia como sus coetáneos Gayarre o Sarasate, simplemente, por ser mujer.
Estefanía de Paz ha recuperado la historia de esta loca que disparaba revólveres y hacía números intrépidos como la Ciega de los Alpes o el Vermut peligroso y la está dando a conocer con un montaje teatral, un libro precioso publicado por la editorial pamplonesa Reikiavik y también a través de estas visitas guiadas que está haciendo con motivo de la Feria del Libro. Hoy también tiene una, a las seis, pero el aforo está completo. Estaría bien buscar la manera de hacer esta visita y otras similares más a menudo, para los turistas, y, sobre todo, para los de casa.