El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos –el cargo ya sitúa bien la capacidad de poder e influencia de este alto funcionario, posiblemente el mejor pagado en la estructura del Estado–, cierra su mandato tras seis años al frente de la entidad. Como los anteriores gobernadores mantuvo la tradición y cada vez que se ha pronunciado sobre alguna cuestión de la actualidad socioeconómica el modelo social del Estado de bienestar ha temblado. También atesora un buen número de perlas involucionistas hacia el modelo neoliberal y mercantilista a costa de las conquistas sociales y los derechos laborales.

De lo que no ha hablado nunca en sus advertencias al Gobierno y la acción política es del modelo especulativo, usurero y corrupto del sistema financiero y económico actual que ha originado la creciente brecha de riqueza en el mundo actual. Ha estado en varias ocasiones en el ojo del huracán del debate público por pronunciarse en favor del control o reducción de los salarios o por oponerse, desde los informes que ha emitido la entidad, a la subida del Salario Mínimo Interprofesional en consonancia con las posiciones que defendían la patronal española o partidos como PP y Vox. Según el estudio que hizo público el Banco de España, esa subida provocaría un desempleo de más de 350.000 personas.

No sucedió nada de eso, pero los altavoces mediáticos bien pagados del neoliberalismo se aferraron, y siguen haciéndolo, a esas proclamas. No solo no ocurrió, sino que un informe que acaba de hacer público el Fondo Monetario Internacional señala que la subida del salario mínimo interprofesional ha sacado de la pobreza a cerca de un millón de trabajadores en España en los últimos años. Un FMI que como es sabido no es ningún organismo izquierdista ni un nido de sindicalistas, sino uno de los foros en los que se vela para que las esencias de la economía y de los mercados en todo el mundo no se vean perturbadas por la política.

El informe hace un análisis positivo de la evolución de la economía y el empleo en consonancia con los números que reflejan las estadísticas –Navarra, sin ir más lejos, está en récord de afiliación a la Seguridad Social con más de 310.000 trabajadores, 21,3 millones en el conjunto del Estado–, y resalta que el ritmo de creación de empleo no se ha detenido por las subidas de los salarios ni el aumento del SMI. En el mismo sentido que el FMI se había pronunciado pocos días antes la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dando valor a la evolución económica del Estado español, pese a todos los augurios catastrofistas alimentados estos años, y respaldando medidas como la subida del salario mínimo o la reforma laboral que ha reducido la temporalidad.

No siempre lo mensajes de los poderosos altos funcionarios del Estado están vinculados a la defensa del interés general, que debería ser su principal obligación, sino que más bien parecen las agencias de comunicación de grupos de intereses privados para influir en las decisiones políticas y en la democracia. En todo caso, que le vaya bien, que seguro que le irá, a Hernández de Cos. Y a la espera de quién sea su sucesor ahora al frente del Banco de España, uno de los cargos de mayor poder político y económico del Estado. Suerte a los ciudadanos también con el sustituto o sustituta.