El gran Joxe Lacalle ha recibido este año el Bombo de La Jarana. Enhorabuena al premiado y también a La Jarana por elegir tan bien al homenajeado en representación de todo ese colectivo de profesionales que discreta y silenciosamente se dedican a atrapar esas imágenes con las que luego nutrimos nuestros recuerdos. La verdad es que la vida de Joxe da para mucho. A los 14 años empezó a trabajar en el bar que abrieron sus padres en la calle Jarauta y en sus ratos libres iba donde Nicolás Ardanaz, que tenía una droguería en la calle Mayor y era un gran aficionado a la fotografía, para que le enseñara a hacer fotos.

Con 25 años le llegó su primer trabajo profesional con los hermanos Herce. Iban a las fiestas de los pueblos con un toro y un caballo de cartón para que la gente se retratara con ellos. En el 74 él y su esposa se hicieron cargo del bar, el mítico Bar Lacalle, ese que todos los fines de semana desalojaba la policía a palos por sus ikurriñas y sus ideas reivindicativas. El incidente más grave fue en 1979 cuando los Guerrilleros de Cristo Rey le pusieron una bomba en el baño y Joxe y su familia salieron vivos de milagro. Desde el 88 trabajó en el periódico Egin hasta que lo cerraron en el 98.

Seguidor fiel de Robert Cappa creía como él que “si no haces una buena foto es porque no te has acercado lo suficiente” y Joxe tiene muchísimas fotos excelentes de casi todo lo que pasaba en Navarra en aquellas épocas: el vertedero de Aranguren, los insumisos, los solidarios de Itoiz, las mil y una manifestaciones… más de 400 de ellas recogidas en su libro Memorias de Lacalle. Y los Sanfermines, cómo no, con todo su bullicio y su pasión. Zorionak Joxe!