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Corrupto desde antes

Corrupto desde antesEFE

La Federación Española de Fútboltenía hasta ahora la costumbre de que sus presidentes se corrompían al llegar al cargo, pero esta vez (quizás para ganar tiempo) lo ha elegido ya condenado por prevaricación -y, por cierto, inhabilitado, lo que se supone (pero a saber) que le obligará a abandonar el cargo cuando el Tribunal Supremo decida en febrero si puede o no ocupar el cargo-. En resumen, que la RFEF nunca deja de sorprendernos.

El sistema endogámico y clientelar con el que se rige y con el que elige a sus presidentes da para espectáculos bufos como éste, pero al ser un organismo privado poco puede hacer el Estado para implantar ahí algo de democracia, como sería, por ejemplo, el voto universal de toda persona federada mayor de edad. Rafael Louzán se llama el caballero. Y, breve o no, va a escribir otro capítulo en la inenarrable historia de la Federación.