Viene una crisis. No sé si no la queremos ver o es que no va a ser para tanto. Si es parte del estancamiento que se inició a comienzos del siglo XXI o un cambio de ciclo. Si es global o europea. Lo que quiero creer, y así le pido al 2025, que sepamos capearla y tengamos colchón suficiente -escudo económico y social, y mucho contrato relevo- para que no arrastre a mucha gente. Porque los precios además suben este año (alimentos, vivienda, la factura de la luz y el gas...) y no sabemos si la geopolítica va a disparar aún más la inflación.
No tengo una bolita mágica sobre lo que va a pasar pero la foto de 2024 tiene claroscursos. Sabemos que la economía navarra va a crecer según los pronósticos y que los datos del año cerrado son buenos pero hay sectores que se van a ver más castigados. La tecnología crea nuevas oportunidades y avances pero la misma innovación nos mata empleo por el camino. Que una parte de la industria vinculada al sector automovilístico está en recesión en toda Europa es vox populi. Con el coche entendemos todos lo que pasa.
Y hay muchas empresas de componentes que dependen de las matrices. Sabemos que Alemania que es el motor de la economía europea no puede competir con los asiáticos que trabajan a destajo y producen más barato. Además, reciben ayudas públicas de sus países lo que Europa ve como competencia desleal. Pero lo cierto es que se nos han adelantado. A su vez, muchos jóvenes no ven el coche como un bien de primera necesidad... Son caros.
Además, nos faltan infraestructuras para esa transición energética que nos hemos autoimpuesto para luchar contra el cambio climático y ser una Europa verde. No podemos recargar los coches eléctricos porque no hay puntos suficientes y, además es un proceso lento. Creamos zonas no contaminantes en las ciudades pero no tenemos coches adecuados para entrar. Y el ERTE en VW en Landaben para la electrificación de la planta preocupa. Porque el grupo alemán tiene 45 fábricas en 21 países y en Alemania ha anunciado el cierre de tres. También -aunque las razones sean distintas- el anuncio del cierre de BSH, de Sunsundegui o el recorte de empleos en Siemens Gamesa corroboran que el momento es delicado. Tenemos a muchos trabajadores dependiendo de las decisiones que se toman en grandes corporaciones.
Sabemos que la industria supone el 30% del PIB foral, y que la automoción representa el 6% dentro de ese porcentaje. El sector agroalimentario, la industria metálica, las renovables y otras manufactureras también tienen su peso en la Comunidad. Eso alivia. Siempre se ha dicho que el monocultivo no conviene. Ahora menos que nunca. Por supuesto que ya nadie quiere hablar de decrecimiento ni de contención del consumo ni de guerra al capitalismo salvaje si no hay alternativas reales al empleo...Por los caminos que nos esperan, y para que los transitemos unidos y unidas. Y por lo que pueda venir, Feliz Año, Urte Berri On!