Leo en el periódico que los oncólogos estiman que en nuestra comunidad hay unos 30.000 supervivientes de cáncer. Pese al aumento de la incidencia de los tumores, los avances en investigación y los nuevos tratamientos están reduciendo la mortalidad de casi todos ellos. Es decir, hay cada vez más diagnosticados que siguen vivos. Al lado de esta noticia leo que ha muerto José Aldaba. José era una de esas personas que todos identificamos.
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Por unos pocos minutos de exposición televisiva durante sólo ocho días al año, el responsable de prensa de Cruz Roja Navarra era famoso y reconocido allá donde fuera. Me contó que en una ocasión estaba en Andalucía y, por hacer una pregunta, alguien se giró todo agitado y le dijo que sabía quién era, que le había reconocido por la voz... Lo recuerdo hace años cuando iba con su música por las emisoras de radio y discotecas, siempre con discos bajo el brazo.
Luego llegó lo de Cruz Roja, donde trabajaba todo el año y no sólo en Sanfermines –como le gustaba recalcar con sorna–, pero fue un hecho tan simple como ofrecer el primer parte de heridos de los encierros lo que le convirtió en uno más en nuestras casas y en un personaje popular de las fiestas. Se ha ido tan rápida y sorpresivamente que duele y cuesta creerlo. Se le echará de menos.