La que se ha liado en redes sociales después de difundirse la imagen –a cámara lenta– en la que la jugadora Mapi León toca supuestamente las partes íntimas de Daniela Caracas durante el derbi femenino entre Espanyol y Barça, hecho que desmiente la futbolista azulgrana. Tocar los genitales de otra persona sin su consentimiento es reprobable pero los ‘Torrentes’ que campan por las redes sociales y que están pidiendo mano dura contra la defensa no lo hicieron contra Rubiales. Los que defendían al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol ahora cargan contra la futbolista.
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“Un nido de lesbianas, abortistas y antipatriarcales, no le pidió el consentimiento... agresión sexual y a la cárcel...”, se mofan en las redes. Olvida toda esta banda que, en el caso de Jenni Hermoso, había un agravante y es que Rubiales era su jefe. Pero hay que reconocer que han encontrado carnaza para ir contra todo lo que ha significado Jenni en la lucha contra la violencia machista en el fútbol femenino, y de paso poner el foco en una activista (Mapi) contra la homofobia en el deporte. En las redes circula la versión de que durante la presunta agresión sexual León le preguntó a Caracas si tenía “picha”. Un gesto feo que, en todo caso, “vulnera la intimidad de nuestra jugadora”, admite el Espanyol. Escena que además reproduce la tocada de Míchel a Valderrama –Real Madrid y Valladolid (1991)–; Míchel tuvo una sanción de 3.000 euros por “falta al decoro”. Han pasado 24 años pero la violencia en el fútbol no ha cambiado tanto. No hay más que ver la agresividad con la que también juegan estas chicas. El todo vale, provocaciones, actitudes desafiantes y de falta de respeto...