Los científicos insisten en que la vida no es un accidente regido por el azar o la suerte. Por más que nos cueste asumirlo en ocasiones, las coincidencias no existen y punto. Es una verdad universal aceptada, aunque resulta difícil no cuestionarla cuando, en menos de 24 horas, los anuncios de diferentes planes de edificación brotan como setas en nuestro territorio.

Primero, el Ayuntamiento de Pamplona informó que no dará licencias de primera ocupación a las viviendas libres de Maristas hasta que la promotora construya las protegidas, hasta que cumpla lo que dicta la ley. Hora arriba hora abajo, el mismo Consistorio comunicó que impulsará el primer  plan de vivienda especial para el Casco Viejo, con idea de promover en diez años 138 pisos protegidos en varias calles del barrio.

No había pasado un día cuando la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, anunciaba la ampliación de Sarriguren, con una actuación que supondrá poner encima de la mesa en torno a 4.000 viviendas protegidas, con diferentes regímenes, en el Valle de Egüés y lo hacía poquito antes de que la alcaldesa de este valle, de la mano de UPN, presentara otro plan de desarrollo urbanístico para promover la construcción de 5.000 casas, la mitad de VPO. Si todo ello no es una coincidencia, ¿qué es?