Es 8 de marzo y toca salir a la calle para gritar alto y claro que las alianzas feministas son más necesarias que nunca, que ante la corriente reaccionaria y fascista que nos rodea en Europa y en Estados Unidos es necesario ser valientes, todos y todas. Que detrás de muchas corrientes ideológicas hay demasiada carga machista. Que el feminismo no va de muros, que es una respuesta a los bulos y los discursos de odio en redes que niegan la violencia machista.

Que hay muchos chicos jóvenes en una contraoleada al feminismo que votan a partidos extremistas como ha ocurrido en Alemania. Que hay mucha manipulación en las redes sociales. Que hay brecha de género en las tareas del hogar y cuidados, denostadas por el resto de la sociedad (9.000 trabajadoras en limpieza o cuidando a dependientes que cobran el SMI, muchas inmigrantes). Que hay racismo muy cerca.

Que las mujeres todavía no se han incorporado a la construcción, la agricultura o la ganadería donde todavía se les mira mal. Que está claro que hubo presiones a Jenni Hermoso y su entorno tras el beso no consentido. Que hay mujeres tienen miedo a hablar incluso con otras mujeres.

Que el TSJ de Navarra ha rebajado la pena (de 13 a 8 años de prisión) a un hombre que violó a una menor de 13 años en fiestas de Burlada porque no aparentaba tener esa edad (a partir de 16 años la pena es menor). Y, además, estaba borracha, ¿qué poca vergüenza de chavala verdad? Que Caroline Darian, hija de Pelicot, ha denunciado a su padre por violación. Y que se investiga como asesinato machista la última muerte en Martos (Jaén). No sigo.