“Mi madre estudió Derecho, se licenció y pronto consiguió trabajo en una consultora de Recursos Humanos. Unos años más tarde, en unas vacaciones en Santander, conoció a mi padre, un logopeda bueno y simple con quien se casó y compró un piso barato en un barrio en la periferia de Pamplona”: El ataque de las cabras, la primera novela de Laura Chivite, nos acerca a las sociedades pamplonesa y navarra de hace muchas décadas, cuando dichas sociedades eran diferentes a las de nuestros días.
Muy diferentes: “Empezó a ser feliz al estilo tradicional. Aprendió a cocinar todos los típicos platos navarros y una plenitud con olor a espárragos, pimientos rellenos de bacalao y alubias con chistorra la abrazó. Se olvidó de los motivos que la habían impulsado a estudiar Derecho, tachó de ilusiones absurdas los sueños que tuvo en su primera juventud y sus preocupaciones comenzaron a ser más adultas, más pragmáticas, más reales”.
Novela
EL ATAQUE DE LAS CABRAS
Autora: Laura Chivite.
Editorial: Random House, 2025.
Páginas: 192.
Laura Chivite (Pamplona, 1995), licenciada en Literatura Comparada y docente, ha colaborado en medios como Cuadernos Hispanoamericanos y La 2 de RTVE, ya destacó gracias al conjunto de relatos Gente que ríe (Caballo de Troya) y ahora comienza a interesar a lectores y lectoras de un tipo de narración diferente, el que brindan las páginas originadas en las relaciones familiares y mucho más: “Tía Lidia, por otro lado, no fue a la universidad. A los diecisiete años, se puso a trabajar en un bar mientras pensaba qué hacer”.
Nuevo escenario: “Una noche, en unos Sanfermines de finales de los ochenta, una chica vestida de negro total entró al bar, pidió un café solo y en ese momento supo que era el amor de su vida. Se llamaba Jara, medía un metro cincuenta y parecía un grifón de Bruselas gótico. Un grifón de Bruselas gótico y encantador”. Nuevo escenario y nuevos elementos, los de El ataque de las cabras, historia de historias que, afortunadamente, nos obligan a reforzar el valor de las buenas relaciones sociales y humanas.
Pezón suicida
Dichas situaciones, dichos escenarios, son los que comparten hombres y mujeres independientes, alejados de la sociedad más conservadora, aquella que nunca acepta la existencia de vecinos y vecinas no necesariamente adscritas a las reglas de esa ciudadanía oficial, y la novela nos recuerda, además, que tales circunstancias ya eran parte esencial de aquella lejana sociedad: “Tía Lidia y ella empezaron una bonita relación y también una banda de punk llamada Pezón Suicida. Durante un tiempo, tocaron en unas cuantas salas de Pamplona. Incluso hicieron una pequeña gira por algunas ciudades del norte”.
En cualquier caso, la vida, la existencia de cada uno de nosotros y nosotras, continúa. ¡Qué remedio!: “Después de eso, tía Lidia alternó trabajos varios y Jara se quedó con su puesto en el bar. Cuando se casaron, ningún miembro de nuestra familia fue invitado a la boda. Algunos de ellos ni siquiera se enteraron.
Unos años más tarde, Abuela Refugio, ser cansado y dócil, desarrolló una demencia senil que la hizo experta en el sutil arte de la ofensa”.
Abuela Refugio
En El ataque de las cabras, se dan cita los ataques de diversos seres aparentemente humanos, los enfrentamientos entre diferentes formas de relacionarse y muy distintas ideologías, algunas de ellas incapaces de reconocer la realidad de personas y colectivos atractivos y valientes... a su manera. Abuela Refugio: “Cada vez que sus hijos iban a visitarla, intercalaba preguntas cotidianas con frases hirientes. De repente, en medio de una conversación agradable, sus pequeños ojos azules se abrían con la vehemencia de un búho y murmuraba cosas como: ‘Yo no sé para qué os tuve, hija mía, os quiero pero no sé por qué os tuve. Una pandica de fracasados, sois los seis. Fracasadicos todos”.
Es, El ataque de las cabras, el nombre de una ópera prima estupenda, nueva primera obra de una autora de nuestros día, cuando más se agradece un tipo de libro como éste: el que abre los ojos a quien quien quiera ver y volver a ver lo difícil que muchas veces resulta desarrollar su particular personalidad en sociedad y en la intimidad.