Son tres víctimas directas o indirectas de torturas. Acaban de recibir el reconocimiento del Gobierno de Navarra, dentro de una nueva lista, esta vez de 23 personas, aprobada por el Gobierno foral. Hablamos con Metxe Gonzalez Portillo e Iker Araguas, detenidos en 1983 y 2008 respectivamente. Su testimonio se suma al de Iñaki Azcona, que era un niño en 1982 cuando su padre, ya fallecido, fue detenido y torturado. Él y su hermano decidieron presentar el caso a la Comisión de reconocimientos. Iñaki cuenta que ha “sufrido durante muchos años las consecuencias de aquello que nos ocurrió” y que pasar por dicha comisión “fue una catarsis beneficiosa”, pero también un “trago” que le hizo volver al psicólogo al “verbalizar cosas “que no había verbalizado nunca con nadie. Este reportaje escucha sufrimientos, recoge testimonios y observa avances en nuestra convivencia.
“Lo mejor que hecho en mi vida es ir al psicólogo”
–Iñaki Azcona: Yo era un chaval de casi 9 años, con esa edad eres una esponja, pero no tienes las herramientas para hacer frente a esa maldad que te está llegando, y tienes que temer a quienes se supone que te tienen que proteger. Eso me provocó una muy mala adolescencia y primera juventud, hasta los 24 años, cuando empecé a salir con mi pareja actual. Gracias a ella fui a un psicólogo. He tenido una depresión fruto de aquello, y yo no era consciente. Mi día a día era una mierda. A partir del psicólogo empecé a poder hacer frente a esto. Lo mejor que he hecho en mi vida es ir al psicólogo.
–Iker Araguas: Todavía no se conoce la dimensión real de la tortura. No es solo lo que padeces a nivel físico o psicológico, o las consecuencias que han podido tener penales o judiciales. También está la afectación de nuestro entorno más cercano. Dicen que la tortura también afecta a las generaciones siguientes de la persona torturada, y en las familias deja una mella muy grande. Mis familiares han vivido por fascículos y en pequeñas dosis las consecuencias de la tortura cuando fui detenido, porque en prisión las comunicaciones estaban totalmente limitadas. He podido contarlo más una vez salí de prisión. Este proceso de reconocimiento también tiene una parte para nuestras familias.
–Metxe Gonzalez Portillo: En 1983 detenían a todo el mundo y dabas por hecho que te iban a torturar. Las personas de mi alrededor sabían más o menos lo que podía haber vivido en comisaría pero yo nunca hablé con ellas, y sin embargo siempre me he sentido apoyada; no sé si lo asumías como parte de lo que había entonces. Te detenían, te torturaban, punto pelota, no había otra. La tortura también me afectó porque hubo personas que me dejaron de hablar, por puro miedo, después de salir del maco.
“Maquinaria para ocultar la tortura”
–Metxe Gonzalez Portillo: Desde que puse el pie en comisaría me dije: estoy en sus manos. Es lo que te hace sentir la incomunicación, toda la impunidad del mundo. Sabes que eres tú y ellos. No hay ayuda posible, no hay más. Después de cuatro o cinco días detenida, firmé un montón de papeles en blanco, ellos pusieron lo que les dio la gana. Con eso se visualiza un poco lo que puede pasar en una comisaría, hasta dónde te llevan, hasta qué punto.
–Iker Araguas: En 2008 sabías que por tu actividad política podías ser detenido y te podían torturar. Los patrones de detención, incomunicación y malos tratos y tortura en comisaría se repetían. Se hace duro reconocerlo, ha habido un silencio y una impunidad total con este tema, a nivel mediático y de diferentes partidos políticos, porque se nos acusaba de estar mintiendo y del famoso manual de ETA. Ha habido una maquinaria preparada para ocultar la tortura, para que se pudiese practicar. Eso genera un nivel de desconfianza hacia las instituciones, y no creer en el marco establecido, porque te detenían, supuestamente en un marco legal, estabas cinco días incomunicado, se te torturaba, no tenías acceso a un abogado de confianza. Todo estaba preparado y atado y bien atado para que te pudiesen torturar y nadie dijese nada y no se supiese nada. Y se ha mantenido esto oculto durante décadas, ahora empieza a salir, pero estos reconocimientos no son más que una pequeña muestra de una montaña mucho más grande. Los informes del Instituto Vasco de Criminología hablan de cerca de 6.000 casos, 1.000 en Navarra y cerca de 4.000 en la CAV.
–Metxe Gonzalez Portillo: Hubo gente que me preguntó si me lo había inventado. Hace falta mucha imaginación, y bastante retorcida como para poderte inventar estos casos. Eso te duele mogollón, es una piedra muy grande en el camino.
–Iñaki Azcona: Que judicialmente se vete da a entender que no existe. Mi aita no pasó por la Audiencia Nacional, sino por la de Iruña. Él había estado cuatro días en comisaría y le llevaron al juez acusado primero de pertenencia a banda armada, y luego, como no era, de unos incidentes que hubo el 1 de mayo del 82. El juez vio en las condiciones que llegó ante él. No podía hablar, no podía andar ni casi tenerse en pie. El juez decretó que fuera al hospital hasta que pudiera estar en condiciones de declarar ante él. Mi aita estuvo en el hospital 6 días, el juez decretó su ingreso en prisión por los incidentes aquellos. Ese juez, que le había visto en las condiciones en que estaba... ¿tú crees que abrió una investigación de por qué estaba así? Pues no.
–Iker Araguas: Cuando nos detuvieron, como consecuencia de las declaraciones y autoinculpaciones hechas, detuvieron y torturaron a decenas de jóvenes de Iruña. Nos detenían, salían nombres como consecuencia de la tortura, los detenían, los volvían a torturar, esas personas soltaban más nombres. A raíz de esas redadas fácilmente medio centenar de jóvenes fueron detenidos, la gran mayoría torturados. Nadie paraba eso. Estamos hablando de entre 2008 y 2011.
–Iñaki Azcona: Es un engranaje bien engrasado, judicial, policial, político, económico... para cerrar esto y que no salga y no se vea la realidad. Pasó durante decenios. Encima hemos tenido que aguantar que nos llamen mentirosos algunos políticos y que luego les tilden de defensores de los derechos humanos. Eso, a mí por lo menos, me revictimiza. Vivimos en una sociedad en la que se nos ha revictimizado en los medios de comunicación y en todos los lados, y eso se ha normalizado. Que un político diga alguna absurdez que a mí me revictimice, y no le pase nada, y se vaya se rositas.
–Iker Araguas: Creo que es triste que como sociedad, cuando se están dando pasos en el esclarecimiento de la tortura en Navarra, haya ese tipo de declaraciones (se les pregunta por las que hizo esta semana Javier Esparza). Es un momento en el que se puede avanzar a generar otro marco de convivencia, eso no ayuda nada. No hace más que echar sal a la herida abierta de la tortura. Es una posición que creo que no es la mayoritaria, el echar mierda no ayuda a avanzar. Creo que se están poniendo unas bases sólidas. Llevamos 48 casos reconocidos de víctimas de la tortura. Que vengan a desprestigiar a la Comisión y se intente politizar y generar discrepancias es un poco frustrante, porque se pierde la oportunidad para avanzar y llegar a otros puertos. La Comisión actúa de manera independiente, son profesionales del tema.
–Metxe Gonzalez Portillo: Estas declaraciones me duelen. Me parece increíble que hoy día todavía estén negando que la tortura ha existido, si nos mirasen a los ojos como nos tienen que mirar no serían capaces de decirnos que mentimos. A mí esto me parece imparable, hemos abierto una puerta y poco a poco vamos a seguir avanzando, digan lo que digan.
–Iker Araguas: Creo que también hay mucho de utilización de la batalla política y los enfrentamientos en el plano mediático, porque no tenemos que olvidar que el año pasado por estas fechas en el Ayuntamiento de Iruña se presentó una moción presentada por la Red de Personas Torturadas de Nafarroa y se aprobó, con apoyo de PSN y abstención de UPN, pero una de las concejales de UPN les dijo a Metxe y a Mikel Soto que les creía, y eso salió en los medios. Que Esparza diga ahora esto cuando ha habido gente en UPN que nos cree demuestra también que lo está utilizando como arma arrojadiza, cuando no debería ser eso.
–Iñaki Azcona: Que a un torturador se le ponga una medalla que lleve consigo encima un suelo mayor, que se le suba de rango para pagar ese servicio al Estado te revictimiza, y pasa en el día a día. Y llevamos años y años revictimizados con un montón de situaciones den las que nadie se da cuenta de la nuestra, en dónde estamos, porque nadie nos tiene en cuenta. Con mi aita no hablábamos de esto, pasó y ahí se quedó. Yo a raíz de esto y de estar en el psicólogo he hablado con mis familiares de este tema, del cual no habíamos hablado nunca. Hay un silencio por no hacer daño, y no se saca el tema por eso.
–Iker Araguas: El silencio es algo muy característico, también el de las personas torturadas, porque no les van a creer, o por miedo. A la Red de Personas Torturadas ha venido gente que no había hablado nunca de la tortura, que ahora por primera vez hace sus relatos, con lo que esto supone.
–Metxe Gonzalez Portillo: Está el silencio del miedo, de no poder hablar, y de otra manera un silencio cómplice. Pienso que las personas torturadas, por lo menos yo, nunca vamos a llegar a expresar verbalmente lo que vivimos en la comisaría, lo que nos hicieron. A mí eso me parece imposible. Nunca he contado todo y no lo voy a contar nunca, estoy segura, porque llegaban a unas zonas que tú nunca pensabas que podrían llegar. Con otra persona torturada hay un silencio compartido, no hace falta más.
–Iker Araguas: Se te rompen muchas cosas internas. Tu vida la has establecido conforme unas bases, y en la incomunicación se te rompen. Es algo muy íntimo que se te rompe dentro de la tortura y al contarlo a otra persona seguramente sientes que no está escuchando, o que no me entiende; a mí por lo menos me pasa eso. Entre personas que han sufrido lo mismo te entiendes solo con una mirada.
“No te puedes quitar de encima la tortura”
–Iker Araguas: La tortura te acompaña hasta el último día de tu vida. Es algo que no te lo puedes quitar de encima. Aprendes a vivir con ello, a sobrevivir. Muchas veces utilizamos el lema de que lo importante no es aquello que nos hicieron, sino lo que somos capaces de hacer con aquello que nos hicieron. Somos supervivientes de la tortura, pero esto no se te va. A mí, por ejemplo, siempre que vamos a dar una asamblea sobre el tema, me despierto a las 4 de la mañana, la de cuando vinieron a detenerme. Ahora se da mucha importancia a los cuidados, porque es un proceso en el que salen muchas heridas, e intentamos colectivamente que la gente que lo pueda necesitar tras pasar la Comisión exprese cómo lo ha vivido, y pueda compartir periódicamente cómo se siente, porque esto es de muchos altibajos.
–Metxe Gonzalez Portillo: Hay momentos que te asaltan historias, un ruido... el cerrojo de una puerta... Ahora estamos hablando y me empiezo a poner del nervio, y es esta luz que tengo encima, porque yo me pasé los cinco días con mucha luz y no veía nada... Son cosas que tienes que aprender a no asociar. Es difícil, han pasado 40 años, pero esas historias vuelven sin querer.
–Iker Araguas: Como consecuencia de los golpes que me daban por detrás, la bolsa me la ponían por detrás, golpes, golpes, golpes... yo intento siempre evitar dar la espalda a la gente, si estoy en un bar o lo que sea, intento evitarlo. O cuando voy en el coche, porque tuve mucho tiempo de seguimiento, la sensación es esa, la controlas, pero la tienes, te sale.
–Iñaki Azcona: Pensar en esto surge muy a menudo, en que si no nos hubiese ocurrido esto seguramente nuestra vida habría sido de otra manera, mi relación con mi aita también y no habría acabado como acabó, porque se separó de mi ama, hubo muchos jaleos... Eran los años que eran, y no se iba al psicólogo. Él fue a peor, a peor, a peor, y el final fue feo. A mí me da mucha pena que no pueda vivir este momento, simplemente por el hecho de que seguramente vivirlo le habría traído un poco de paz, que no tuvo, porque él para hacer frente a lo que vivió se endureció. y aquello le llevó a donde le llevó y arrastró a toda la familia a donde nos arrastró. Entiendo que endurecerse era la única manera que tenía de hacerle frente a aquello, pero aquello nos arrastró a todos, y eso es una cosa más que pesa (resopla), y la llevas ahí vamos a decir que con pena, por no decirlo con otras palabras. Este camino lo hemos hecho mi hermano y yo, los dos juntos, porque teníamos muy claro que queríamos vivir este momento, porque era el padre de los dos y hemos sufrido los dos las consecuencias de aquello.
Un proceso de reconocimiento sanador
–Metxe Gonzalez Portillo: Este proceso está siendo muy largo. Es jodido, 42 años desde que pasó la historia y nos reconocen ahora. Quedan mogollón de personas que todavía faltan por reconocer. Hay quienes se han quedado en el camino, que no van a llegar; me parece importante que se sepa que hay una ley con la que las personas que han sido torturadas se pueden presentar para ser reconocidas como tales. Es una ley que tiene una caducidad, en 2027 se acaba y creo que es importante que todo el mundo, por lo menos pueda tener la oportunidad de presentarse. y sobre todo me parece importante el formar parte de una memoria colectiva, el escribir también nosotras nuestra propia historia.
–Iñaki Azcona: Esto es una pelea colectiva, hemos sido víctimas del olvido de las instituciones durante decenios, y por eso mismo eso ha hecho esta lucha sea colectiva, porque todos estamos en el mismo barco. Quiero animar a la gente que se presente a la ley, y no solo a las personas torturadas, sino también que las que ya no están, que serán bastantes, sus familiares se animen, porque creo que es sanador en lo personal y en lo colectivo, porque a mí cada vez que oigo que se ha reconocido a una persona torturada me siento bien.
–Iker Araguas: Nosotros decíamos que o lo contábamos o no lo iba a contar nadie. Tenemos la suerte de estar vivos y vivas y lo estamos haciendo. Para nosotros es un proceso duro, pero creo que también está siendo bonito. Está el compromiso de dejar nuestro pequeño granito de arena para construir una sociedad mejor, una Nafarroa mejor, y creo que desde esa perspectiva también lo estamos haciendo, para un futuro mejor.
–Metxe Gonzalez Portillo: Me parece una victoria para la Red en nuestra lucha hacia los reconocimientos.
–Iker Araguas: Que las próximas generaciones puedan tener la suerte de no vivir lo que vivimos nosotros. Queda mucho trabajo por hacer aún. El proceso es muy largo, de un año y medio hasta que se reconoce desde que haces la primera tramitación. Creo que ayudaría también que se agilizaran los trámites. Y ponen una muga temporal lo hace difícil, porque la gente tiene sus tiempos para decidir presentarse. Pero creo que estamos avanzando y es para ponerlo en positivo.
IÑAKI AZCONA IRURTZUN
Hijo de una víctima. Nació en Iruña, en 1973, su aita, Jaime Azcona Garriz, fallecido en 2003, fue detenido durante 5 días en 1982 por la Policía Nacional, y torturado en Pamplona. “Mi ama no ha querido revivirlo, se le hace muy duro”.
“Durante decenios se ha normalizado que nos hayan revictimizado en todos los lados”
METXE GONZALEZ PORTILLO
Su caso, de 1983. Nació en León, en 1958. Detenida en Pamplona en 1983. Estuvo cinco días en la comisaría de General Chincilla de la Policía Nacional. Después pasó nueve meses en prisión.
“Dabas por hecho que te iban a torturar. te detenían, te torturaban, punto pelota, no había otra”
IKER ARAGUAS JUSUÉ
Su caso, de 2008. Nació en 1986 en Iruña. Detenido en 2008 por la Policía Nacional. Condenado a 9 años de prisión. Miembro de la Red de Personas Torturadas en Navarra esta asociación está integrada por 300 personas.
“Este proceso de reconocimiento también tiene una parte para nuestras familias”