Un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil entregado ante la Sección 4ª de la Sala Segunda del Tribunal Supremo ha revelado que el bar Franky, un establecimiento hostelero de Pamplona, actuó como intermediario en el presunto desvío de fondos desde Acciona al entorno de Koldo García, exasesor del exministro de Transportes José Luis Ábalos. El bar, situado en la calle San Roque 17, en el barrio de San Juan, frente al Palacio de Justicia, cambió de propietarios y de nombre.

Bar Franky, en 2018, situado en la calle San Roque 17, frente al Palacio de Justicia.

Según detalla el informe, esta operación permitió que Koldo García canalizara pagos de Acciona mediante la emisión de facturas ficticias desde el bar Franky, gestionado por Francisco Javier Lorente Rodríguez, con la colaboración activa de su asesor, Miguel Moreno Purroy. Acciona, en apariencia, realizaba pagos ordinarios por servicios inexistentes, que el restaurante compensaba posteriormente en efectivo para Koldo, culminando así el flujo económico irregular.

La relación entre García y Fernando Merino, exdirector del Departamento de Navarra y La Rioja de Acciona, se remonta al menos al año 2015, cuando coincidieron en distintos proyectos de construcción en la Comunidad Foral. La primera comunicación detectada sobre esta operativa se produjo el 26 de noviembre de 2016. En ella, Koldo remitió a Miguel Moreno los datos fiscales de Acciona y precisó que los pagos debían dirigirse a la cuenta de Lorente, pareja de la propietaria del restaurante. Afirmó que él se encargaría de justificar la operación.

Diagrama del método de compensación entre Acciona, el Bar Franky y Miguel Moreno.

Diagrama del método de compensación entre Acciona, el Bar Franky y Miguel Moreno.

Mensajes en el informe

Tres días después, el 29 de noviembre de 2016, Moreno envió una factura por valor de 1.525 euros a nombre de Acciona Infraestructuras tanto a García como a la dirección de correo del bar. Semanas más tarde, en diciembre de ese mismo año, García anotó en su teléfono dos recordatorios: uno sobre si “Acciona hizo el ingreso” y otro para “llamar a Fernando de Acciona” y hablar del “tema dinero”.

El patrón se repitió a comienzos de 2017. El 16 de enero, García pidió a Lorente que emitiera una nueva factura “de comidas” para cubrir un “pequeño lío”. Al día siguiente, Lorente informó de que ya había contactado con Moreno para su elaboración. El 18 de enero, este remitió por correo electrónico una nueva factura bajo el asunto “FRA. ACCIONA”, solicitando el visto bueno de Koldo. Al día siguiente, García reclamó la factura por WhatsApp.

Diagrama de emisión de facturas y pagos entre el Bar Franky y Acciona.

Diagrama de emisión de facturas y pagos entre el Bar Franky y Acciona.

La documentación también apunta a un correo fechado el 31 de julio de 2017 en el que Moreno envió a Merino, Koldo y el bar Franky las facturas de gastos del mes, indicando que lo hacía “en cumplimiento de sus instrucciones”. Este mensaje evidencia, según la UCO, el carácter continuado y sistemático de la maniobra.

Más allá del bar

La implicación de Miguel Moreno en la operativa no se limitó al bar Franky. El 2 de agosto de 2017, García le proporcionó los datos necesarios para emitir una factura por 2.700 euros más IVA a la UTE Recajo. Meses después, el 9 de noviembre, envió una nueva factura por 2.750 euros más IVA a Merino, esta vez emitida directamente por Moreno bajo la denominación “FRA.9I UTE RECAJO”. El archivo incluía el número de cuenta en el que debía realizarse el ingreso y fue aprobado al día siguiente por el directivo de Acciona.

Finalmente, el 26 de octubre de 2017, Moreno envió un mensaje a García con la expresión “¡dinerito!”, que los investigadores consideran una alusión directa a la culminación de una nueva entrega de efectivo derivada de esta operativa.

“Todo cuanto antecede refuerza la maniobra realizada por Koldo para presuntamente canalizar pagos dimanantes de Acciona y/o sus UTEs relacionadas, a través de sociedades interpuestas, en particular con la participación activa de Miguel Moreno y el restaurante Bar Franky”, concluye la UCO en su informe.