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A la contra

Jorge Nagore

Historia

HistoriaGUILLAUME HORCAJUELO

La final masculina de Roland Garros de hace unos días nos demostró la importancia que tienen la igualdad y la emoción para que el deporte sea un éxito y algo que se te graba en la retina para siempre.

En un par de semanas empieza el Tour de Francia y los aficionados nos frotamos las manos para ver el quinto enfrentamiento consecutivo entre los dos corredores que se han repartido los triunfos en las cuatro últimas ediciones, con dos victorias y dos segundos puestos para Pogacar y dos victorias y dos segundos puestos para Vingegaard, en una pugna titánica que ha dejado imágenes y momentos inolvidables.

Además, por vez primera en tres años ninguno de los dos llega a la cita tras sufrir lesiones, lo que sí ocurrió en 2023 con Pogacar –ganó Vingegaard– y en 2024 con Vingegaard –ganó Pogacar–, con lo cual lo que ocurra a priori no estará marcado por accidentes previos. Hay pocas rivalidades así en la historia del ciclismo, que hayan durado ya cinco ediciones del Tour, y que enfrenten a ciclistas de un nivel tan estratosférico, a priori inalcanzables para sus demás rivales.

Hace unos días, Pogacar asestó dos buenos golpes morales al danés en sendas etapas de montaña en Dauphiné, pero se sabe que todo lo que sucede antes del Tour es relevante pero en ningún caso concluyente. Como siempre, Pogacar no ha escatimado esfuerzos y ha realizado una primavera gloriosa, mientras que Vingegaard –que donde compite siempre brilla, solo que compite menos– ha sido más reservón, acordes ambos a sus caracteres tan dispares, extrovertido y simpático el esloveno y adusto y más parco el danés.

A pesar de que Pogacar arrastra masas tanto por su calidad como por su forma de ser, Vingegaard también tiene su base de seguidores, que se suman a quienes acusan al UAE de Pogacar de contar con demasiado dinero, aunque el Jumbo Visma de Vingegaard tampoco se quede corto. La historia aguarda.