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Mesa de Redacción

Ana Ibarra Lazkoz

Vivir en un hotel en Burlada

Vivir en un hotel en BurladaPatxi Cascante

¿Qué hacer con una familia que se ha quedado sin agua y sin luz en la casa que debe abandonar? Mudarse provisionalmente a la habitación de un hotel aún sabiendo que no es una opción digna pero sí “la única alternativa posible” antes de encontrar una solución habitacional. “Nos supera, no tenemos herramientas ni financiación...”. Así se expresaba el concejal de Diversidad Cultural del Ayuntamiento de Burlada, Joseba Ginés, en el Foro Hiria sobre vivienda.

Cuando se vive tan de cerca la realidad de un “mercado que está rompiendo la sociedad en dos, entre quienes tienen acceso a la propiedad y quienes no”, es más fácil entender la necesidad de abordar soluciones. Porque los jóvenes se van del pueblo donde “han crecido” y no hay pisos por debajo de 850 euros. Familias trabajadoras pagan el 40% o 50% de sus ingresos al alquiler y algunas acuden a habitaciones (400). De enero a abril el Ayuntamiento se ha enfrentado a 14 desahucios, ha tenido que mediar con particulares y empresas, negociar con Nasuvinsa, rotar los 60 pisos en propiedad, trabajar codo a codo con los Servicios Sociales para proteger a la población más vulnerable, y pagar habitaciones en hoteles.

La vaca no da para más porque hace falta un parque público más amplio. Desde la Generalitat de Catalunya, Jordi Bosch aseguraba que la regulación (ZMT) no va en contra del beneficio del propietario sino que “limita excesos”. Los precios ya se han reducido un 6% y el stock “aumenta”. Y han proyectado 20.000 de las 50.000 nuevas viviendas previstas. El catalán de momento es el modelo a seguir. El tiempo dirá.