Las altas temperaturas y el fuerte viento han sido dos aliados perfectos en la gravedad de los incendios registrados esta última semana en Enériz (Navarra), con más de 333 hectáreas arrasadas, así como en Tarifa (Cádiz), Ponteceso (A Coruña). En el caso de Valdizarbe se investiga su origen en una empacadora en un campo cosechado, el incendio de una autocaravana fue la causa en Cadiz, que desalojó a 1.500 personas de hoteles y camping y que puso en peligro el Parque Natural del Estrecho, y el de A Coruña, al parecer intencionado, obligó al desalojo de vecinos. La ola de calor tiene a casi toda la península ibérica al nivel extremo de peligro de incendios forestales. A las recomendaciones habituales para proteger a las personas más vulnerables se suma la necesidad de limitar actividades agrícolas y de ocio pero de nada sirven los controles si no se apela a la responsabilidad individual. El cambio climático ha obligado a las administraciones a trabajar con otra celeridad. Y a la ciudadanía a concienciarnos de que los veranos son más peligrosos que nunca. Bomberos de Navarra y diferentes medios aéreos lograron estabilizar el incendio en Valdizarbe. Nada menos que seis helicópteros, tres avionetas y 159 bomberos tras activarse el nivel 2 de emergencia, lo que significa la llegada de refuerzos de otras comunidades. El incendio no comprometió a los núcleos urbanos pero resucitó el fantasma de hace tres años cuando el fuego con viento sur alcanzó las viviendas de localidades cercanas como Obanos o Legarda que ha trabajado durante estos últimos años en medidas preventivas. Hay ayuntamientos que han puesto en marcha (101 en Navarra) planes de autoprotección contra incendios que son obligatorios –aquellos con superficie forestal y otros factores de riesgo– o recomendados por (PAMIF) con diferentes iniciativas que tienen que ver con tareas de mantenimiento, limpieza, la creación de barreras húmedas, cortafuegos, acciones vinculadas al mundo agrícola o agricultura extensiva (vacas bomberas). No cabe duda de que la colaboración entre diferentes niveles de administración para prevenir, detectar y combatir incendios, así como para proteger a las comunidades afectadas, está resultando efectiva pero es importante que todos los municipios se coordinen para que las medidas de unos se encadenen a las de las fincas limítrofes. La función de determinados cultivos como cortafuegos también es importante, de hecho en el caso del fuego en el macizo de Corbières en Francia se habla de la desaparición de los viñedos como factor de riesgo.