Mejor en la mesa que en ningún otro sitio para hablar. Solo que la tabla de diálogo de ETB2 es más alargada y los comensales se sitúan frente a frente, sin cercanía. El nuevo espacio El otro lado de la mesa tiene el sentido de confrontarse sin negarse, al contrario que los políticos incapaces de dialogar. Presentado por García Ramsden, se limita a establecer el escenario de la charla en un sobrio restaurante y a hacer preguntas provocadoras para que la conversación no se disperse. Tres temas para tres parejas.
En la primera noche tauromaquia, cirugía estética y eutanasia. De las corridas de toros se ha dicho y redicho todo, pero es inagotable y, al final, queda la patética apelación de los taurinos a su libertad de gusto y la tradición festiva. Asier intentó convencer y Raquel se puso a la defensiva con lo mucho que ama a los animales (¡hay amores que matan, literalmente!) y afirmando que no hay maltrato animal, lo mismo que la atolondrada Mariló Montero le dijo a Broncano en La Revuelta. ¡Más cornás da el fascismo!
Lo de la cirugía plástica es asunto patológico, de lo que Tania dejó constancia ante Guiomar al reconocer sus polioperaciones de orejas, nariz, labios, tetas y culo, a lo Kardashian. Y el diálogo subió a las alturas con la dramática cuestión de la eutanasia legal. Juanjo, en una noche excepcional de amor y humanidad, defendió esta compasiva salida para su esposa, enferma de ELA, a la que se opuso Itxaro. ¿Cómo una señora del Opus Dei puede entender el concepto de eutanasia si la vida para ella está en manos de su Dios? Solo acertó a callarse, menos mal, y balbucear algo sobre lo sagrado de la vida. El formato debería ser más audaz para evitar los diálogos artificiales y aceptar que haya gente –más auténtica– que se levante y abandone la cena.