La degeneración de la actividad y la dialéctica política que emana de la ultraderecha y de los sectores más extremistas del PP lo va invadiendo poco a poco todo desde hace casi ya una década. El insulto y la mentira son dos de sus principales métodos de trabajo. Una hipérbole política continua que necesita alimentarse permanentemente con una hipérbole mayor hasta que llegue un momento en que ya no habrá lugar para más hipérboles y la democracia habrá llegado al estado de máximo riesgo al que se dirige.
En Navarra, esta semana un mensaje en X de Vox contra la presidenta de UPN, Cristina Ibarrola, en el que aseguraba que había anunciado su disposición a pactar antes con el PSOE o con los nacionalistas del PNV que con VOX –tampoco fue exactamente así–, desembocó en una larga lista de insultos, la mayoría groseros y machistas, contra ella. Es inaceptable, pero es lo que se lleva ahora en amplios espacio de la política y de la comunicación.
Más aún teniendo en cuenta que aunque en los últimos meses los desencuentros entre ambos partidos son más evidentes, UPN no tuvo reparo en firmar un acuerdo con Vox en la localidad de San Adrián para evitar que la lista más votada, del PSOE en ese caso, llegara a la alcaldía. Es un ejemplo, pero hay muchos similares de este fenómeno reaccionario que invade la actividad política.
LA GOTA QUE COLMA
POBRE EUROPA
●●●Otro varapalo de Trump. El alto el fuego se tambalea en Gaza y las razias y asaltos a viviendas, cultivos y aldeas en Cisjordania de los colonos sionistas siguen como antes. Pero Trump ya dio por cerrado su show allí y llevar el espectáculo a Hungría con Putin. No sin antes someter a otra humillación global a la UE. Con Costa, presidente del Consejo, vetado en la foto final y Von der Leyen, presidenta de la Comisión, ni siquiera invitada, el poco protagonismo de Europa se limitó al sumiso saludo al nuevo César, como los besamanos de los súbditos, de Starmer, Macron y Sánchez, que de una forma u otra fueron despreciados o amenazados, y de Meloni, de la que se solo señaló que le parece bonita.
Hace solo unas semanas, un mensaje estudiado de Ayuso contra el lehendakari Pradales en el que insinuaba amenazas al afirmar que le había dedicado la frase Ayuso entzun, pim pam pum, cuando había sido Ayuso, entzun: Euskadi euskaldun, que se puede traducir al castellano como Ayuso, escucha: Euskadi habla euskera, como respuesta a los constantes ataques de la presidenta de Madrid a la lengua vasca.
Por supuesto, Ayuso sabía –o si no ella, lo sabía quien le dijo que lo dijera–, que estaba mintiendo y lanzando una falsedad, que le ofrecería amplios espacios y difusión en los medios de comunicación, tertulias. Lanzar un bulo es fácil, pero detener su difusión y desvelar el alcance de falsedad es muchas veces imposible. La desinformación se impone a la información