El tiempo lo cura todo, o no. El tiempo no cura aquellas heridas que se van volviendo cada día más profundas, las que no se cierran, las que siguen doliendo. Las heridas que provocan los interrogantes sin respuesta cuando la pregunta es ¿Por qué? y en ese por qué va la vida. 229 personas murieron hace un año tras la Dana que azotó Valencia, 237 en el Estado, sin que todavía hoy se tengan respuestas sobre la gestión de esta tragedia, una gestión cuyo máximo responsable es el presidente de la Generalitat Carlos Mazón, que lleva meses contando medias verdades, aferrado a su cargo, ajeno al rechazo que provoca, a las voces que piden su dimisión y al dolor que todavía genera lo que se pudo hacer y no se hizo para salvar la vida de esos cientos de personas.
Las víctimas de la dana advierten que "mientras exista memoria, nunca habrá olvido"
Porque cuando Mazón tenía que haber estado al frente de la gestión de esa catástrofe, que podía no haberlo sido si se hubieran tomado medias, Mazón no estuvo, sin que haya aclarado por qué y ahora que no lo quieren cerca, el se empeña en estar presente en un aniversario que duele como si el tiempo no hubiera pasado. “Ojalá el agua vuelva a ser pronto sinónimo de vida. Ojalá volvieran ellas y ellos, quienes nunca tuvieron que marcharse. En ese tiempo. Sin un adiós digno. De esa manera”...Así lo sentía ayer Rozalen, vecina de Letur, una de las zonas castigadas por la Dana. Aldai , Alfafar, Benetússer, Catarroja, Chiva , Letur, Massanassa, Paiporta, Utiel... con sus nombres de vecinos y vecinas arrastrados por el agua aparecieron trágicamente en el mapa marcando el recorrido mortal del fatídico 29 de octubre.
Las heridas siguen abiertas, los sentimientos de tristeza por la muerte de seres queridos y de frustración por lo perdido, se juntan con la rabia hacia los responsables, la indignación por la mala gestión llevada a cabo y la incomprensión ante la utilización política del dolor.