Perros en la playa
Cual vedette concitando la atención de los espectadores, el concejal del ramo, otro profesional de la política que quiere promocionarse, ha optado por brillar en solitario en la Casa Consistorial proponiendo su particular genialidad: los perros podrán acceder a las playas en las noches donostiarras estivales, desde las nueve hasta las doce de la noche.
Tan original propuesta ha desatado la polémica entre los donostiarras y cada cual, con independencia de ser o no propietario de alguno de los casi 18.000 chuchos censados, ya ha tomado partido y defiende su posición.
Nuestro edil estelar no necesita apoyo técnico ni del Consejo Asesor de Medio Ambiente. No lo precisa, como ninguno de los de su estirpe. Al ser nombrados, desciende sobre sus cabezas la ciencia infusa que les convierte en expertos del área que se les ha adjudicado, lo mismo vivienda que medio ambiente, seguridad o urbanismo.
Por eso actúa por iniciativa propia, sabedor del aluvión de votos que recibirá su grupo por parte de las perreras donostiarras en los próximos comicios, lo que le permitirá, quizás, el salto a la Diputación Foral o a una consejería en Gasteiz. O a Madrid, destino anhelado de todo político español que se precie.
Debiera saber que, impuesta durante años una disciplina y aceptada a regañadientes por los propietarios de los canes, cualquier modificación supondrá consecuencias indeseadas. Olvida que la Policía Municipal no recibe los refuerzos desde Arkaute hasta finales de julio y tampoco vienen con la prioridad de velar por el Reglamento de Playas.
Los perros sueltos molestarán a los miles de usuarios nocturnos de las playas, paseantes, cuadrillas, familias, parejas. No especifica lo que ocurrirá con las heces caninas no retiradas, con alevosía y nocturnidad, que tampoco se las llevará la marea, antes bien las agitará un poco, para luego depositarlas en la línea intermareal, a la que no acceden las máquinas limpiadoras, como tampoco lo hacen entre los postes de los toldos. Razones suficientes como para tratar la transgresora ocurrencia de inapropiada.
No vale desviar la atención hacia la suciedad que originan las embarcaciones fondeadas en la bahía, porque la mayoría disponen de retrete químico.
Gripe aviar
Es un serotipo, una variante del virus cuyo objetivo prioritario no somos los humanos, pero todos conocemos la existencia de las mutaciones. De hecho, ya ha afectado a algunas vacas en EEUU y a un número reducido de vaqueros. No se ha descrito, de momento, contagio entre humanos. Tampoco su transmisión por el consumo de carne o huevos.
Sólo queda el confinamiento de todas las aves de corral en pabellones cerrados y la eliminación de toda posibilidad de contacto con las aves migratorias, durante tres o cuatro semanas más, el control de bebederos con agua clorada, por supuesto, y las medidas restrictivas de acceso a las explotaciones de personas, el uso de trajes EPIs, calzas, guantes y gorros y medidas higiénicas extremas de limpieza y desinfección, recordando que la seguridad completa no existe.
Sin ninguna duda, bajará la producción de huevos en las aves, acostumbradas a salir al exterior por el estrés propio del confinamiento, o sea, que el avicultor, a perder. Como siempre.
Tampoco se podrán celebrar las tradicionales exposiciones de capones con sabor navideño en Urretxu y Zumarraga por Santa Lucía, ni la de Gabon Zar de Elgoibar, entre otras.
De momento, grullas y gaviotas parecen las más afectadas o, cuando menos, las que más se han visualizado.
Es fundamental que, ante la presencia de cualquier cadáver de ave, sin tocarlo, avisar al 112.
El ‘maine’
Fue aquel acorazado americano, obsoleto para cuando fue botado por razones técnicas que obviaremos, saboteado y hundido en el puerto de La Habana en febrero de 1898, todo apunta al servicio secreto americano, para culpabilizar a España y desatar la guerra que finalizaría con el traspaso de la titularidad de la colonia al Tío Sam.
Una táctica similar se utilizó en agosto de 1964 en el golfo de Tonkin, esta vez simulando un ataque al destructor Maddox, que nunca existió, pero sirvió de excusa perfecta para bombardear masivamente Vietnam del Norte.
Ahora podría estar gestándose una operación parecida con la fuerza naval fondeada en las caribeñas aguas de Trinidad Tobago, a una decena de kilómetros de las costas venezolanas. Y todo para hacerse con el gas y el petróleo venezolano. Piratería. Amanecerá y veremos.
El tíovivo
No cesa de dar vueltas para algunos políticos. Les pasa como a mi nieto Kerar en el de Alderdi Eder. Del coche de bomberos pasa al caballo blanco y de éste al autobús, claro que a él le paga la ficha el attitta. Lo de ellos es impúdico y a costa del erario público. Chitón.
Durante la presentación de la propuesta del presupuesto de 2026 en el Parlamento Vasco, se adelantó la creación de un puesto de asesor del lehendakari, otro más, dotado con casi 100.000 euros anuales, “en materia de estrategias futuras”, acometer “estudios de prospección”, buscar “casos de éxito internacionales” e impulsar debates públicos. Falta saber el nombre del agraciado superexperto en fabricar humo que la ocupará. Se admiten apuestas.
Menú
En la celebración de los primeros veinte años de este periódico, en el Museo de San Telmo, el columnista Iñaki Galdós me comentaba que uno de su cuadrilla ponía en duda la certeza de mis menús dominicales. En mi casa, amén de una eficaz planificación, de momento comemos bien todos los días porque, con la variedad de las materias primas de cercanía, nos ajustamos a un presupuesto modesto.
Paracelso, médico suizo, uno de los padres de la toxicología, junto a Mateo Orfila (Mahón, 1787), afirmaba en el siglo XV: “Dosis sola facit venenum”, que en una traducción libre viene a decir, el secreto está en cuidar la dosis –tamaño de la ración– si nos referimos a la cocina.
Patatas a la riojana. Chipirones. Manzana asada. Sidra de Petritegi. Agua del Añarbe. Café. Petit fours de Gassand.