Uno de Nueva Jersey, el otro de Nueva York, 79 y 83 años, dos genios, dos historias de rock y cine, Martin Scorsese y Bruce Springsteenque, por casualidad, coinciden en las pantallas con una película intensa y una serie de lujo, indispensables para comprender el alma de nuestra época. Así como el pasado año llevaron los inicios artísticos de Bob Dylan a un film nominado a los Oscar, esta vez le toca a Springsteen: Deliver Me From Nowhere es la adaptación del libro de Warren Zanes sobre la grabación del mítico álbum Nebraska a principios de la década de los 80. Comienza con la dura infancia del Boss y los maltratos de su padre, con quien tuvo un vínculo complejo que marcó su existencia. Grabado en la habitación de su casa en una cinta casera, es la divisoria entre el fin de una etapa y el comienzo de otra, oscura y angustiosa en la que aparecen sus dramas íntimos y la depresión.
Tras superarla, su carrera fue meteórica, pasando de cantar en salas de mala muerte a grandes conciertos y el brutal Born in the USA. Esta es su poderosa leyenda. Al cineasta neoyorkino le homenajean por todo lo alto en la serie Mr. Scorsese, producida por Apple+ en cinco episodios que cuentan, al mismo paso, su vida y su obra. Sus películas son el fruto de miedos e iras, pero también de ensoñaciones y sus mujeres.
Una de ellas, Isabella Rossellini, califica a Scorsese de “cuerpo pequeño y asmático” y “un santo peccatore”, por sus andanzas entre la fe católica y sus vicios como la cocaína que casi lo mata. Por su subversiva creatividad encajó mal en Hollywood, que solo le ha concedido un Oscar. De su alianza con De Niro y Di Caprio, italoamericanos como él, han salido sus mejores historias. Son cinco horas de arte y realidad en una fusión total, sin concesiones. No se la pierdan.