Entramos en los 30 días más oscuros del año, así que hay que animarse: este año hay 237 personas más que el pasado con un patrimonio mayor que 1.000 millones de dólares. Qué agobio, 1.000 millones. En total, ya hay 2.919 personas en el planeta con más que ese dinero, 32 de los cuales son españoles. Yo seguro que no, ¿usted? Ya, ya, no lo va a ir contando por ahí. Yo tampoco lo haría, aunque a algunos de estos les gusta fardar. Otros no, otros están como usted, ahí, ocultando, pillín. El total de dinero que tienen estos 2.919 sujetos es nada menos que 15,8 billones de dólares, que traducido son 15,8 millones de millones de dólares, a una media cada uno de ellos –y ellas– de 5.412 millones de dólares por cabeza.

Haciendo así más cuentas, si cada una de estas personas vive 80 años podríamos decir que hubiese podido gastar 185.000 euros diarios. Imagine ahora usted por un momento que tiene para gastar 185.000 euros al día, vaya puta angustia. Vas de chaval a por chuches, por ejemplo. Si ya te volvías tarumba con 25 pesetas. Imagínense 185.000 euros. O en pinchos. ¡6 te puedes pillar! El caso es que es mucho dinero. Eso solo 2.919 tipos, porque habrá otros tantos mil entre los 500 millones y los 1.000, muchísimos más entre los 100 y los 500 y así seguido. Ahí sí que igual entra ya usted, eh, ¡pirata! Bueno, dejémoslo correr. Pongamos que es usted un tipo normal, como los tropecientos mil millones que formamos lo que se llama el magma de la civilización, ese mogollón de gente que está ahí pendiente de si acorta el día o si alarga –los mil millonarios, recuerden, están pensando en qué no gastarse el dinero para que no se les acabe– y qué hace con los 20 euros que lleva en el bolsillo. Mi pregunta es: ¿esos 20 euros están en nuestro bolsillo gracias a algunos de esos 2.919 o sucesivos o si no existiesen tendríamos 40? Ahí les dejo la duda. Y la deuda porque no puedo.