He bajado al Interescolar porque quería ver a los de Noáin”, me dijo este martes Félix Monreal, director adjunto de Diario de Noticias, cuando me lo junté en Tajonar apenas una hora antes de despedirse de la plantilla del periódico por su jubilación. Lo hace con un nudo en el estómago –yo creo que tiene que ser un balón– y me deja la misión de mantenerle informado sobre lo que ocurre en el torneo. Lo haré lo mejor que pueda y con la certeza de no haber podido tener un mejor maestro.

En la redacción de Diario de Noticias tenemos tres televisiones: la de la zona de la edición digital, que paradójicamente es en la que la señal llega con más retraso; la de la sección de deportes, en la que se suele juntar buena parte de las y los trabajadores para seguir los acontecimientos más relevantes; y la de Félix. Él ve los partidos de Osasuna en un pequeño y anticuado televisor en el que, nadie sabe cómo, la retransmisión va con un minuto de adelanto.

En un mundo cada vez más veloz e hiperconectado, el rostro de Félix sigue siendo la notificación que antes llega a la redacción. Y eso que él hace todo lo posible por contener las emociones para evitar spoilers. Esta misma temporada, una mirada cómplice suya me adelantó el gol de la victoria de Catena en el último minuto ante el Getafe. Tuve la suerte de celebrarlo dos veces.

Esa capacidad de anticipación me ha llevado a considerar a Félix como a una especie de ser mitológico de Areta. Y mi admiración por él no ha hecho más que ir en aumento. Una persona tranquila, buena, apasionada por su trabajo y con esa condición de visionario que tanto sorprende.

Lo que no tengo claro es si a su televisión llega la misma señal que al resto, porque siempre descifra algún detalle en el que nadie había reparado. Es un periodista capaz de analizar con profundidad y de contagiar su pasión por el deporte y por Osasuna. Conmigo no ha necesitado demasiado tiempo para lograrlo.

Ahora, Félix, es momento de que disfrutes de esta nueva etapa. “Tendré tiempo para ir a ver las obras del nuevo Tajonar”, avisa en su despedida. Nos veremos siguiendo el Interescolar, aunque con esa última sonrisa no sé si me has querido decir algo. Igual en tu pequeña televisión mágica ya has descubierto quién gana el torneo.