De cuya pluma pausada, objetiva, pacificadora y con aderezos poéticos soy un admirador que guarda sus artículos publicados en varios diarios del País Vasco y Navarra, así como alguno que otro recogido en revistas de parapsicología como Más Allá. Tema que también encanta, siempre filtrado por el sentido común. También conozco su faceta organizadora de eventos como los foros espirituales de la acogedora ciudad de Lizarra, a cuya primera edición tuve oportunidad de asistir, en los actos desarrollados en el dinámico polideportivo y en los locales de los cines Los Llanos.

Pero después de esta amigable apología, tengo que dedicarle un reproche. Me refiero a su artículo Brindis para la paz aparecido en un diario donostiarra el pasado 23 de septiembre, cuando en un párrafo dice ser de ley que Garitano hubiera estado en el acto de recuerdo del asesinato de Joxe Mari Korta. De acuerdo. Pero también lo hubiera sido que cualquier otro representante del PP hubiera estado en los actos en recuerdo de la matanza, se podría hablar de asesinatos, cometida por la Policía Nacional -los grises- en Vitoria. Seis muertos y más de un centenar de heridos a cargo de los llamados defensores del pueblo, que no tuvieron el menor reparo en disparar contra una multitud indefensa que buscaba refugio en una iglesia.

Me parece un intento de masacrar horrible y repulsivo. Muy silenciado. Y con Fraga Iribarne sin pedir la más mínima excusa. Yo no tengo el menor reparo en considerarme cristiano con lo que eso conlleva el rechazo de la violencia tal y como nos dijo el jefe. O sea, el maestro Jesús. Pero ser cristiano no significa ser tonto.... Queremos paz en la justicia. Se me entiende perfectamente. Determinadas renuncias de estamentos políticos a la hora de condenar asesinatos de los fascistas me hace temer que el proceso de la paz va a ser largo y muy controvertido.

Un reciente ejemplo: el comité internacional mediador de conflictos políticos como los de Irlanda, Yugoslavia y Sudáfrica -casi nada- no es reconocido por el actual Gobierno estatal. Mal precedente. Ojalá me equivoque con estas premoniciones. Un cordial saludo para despedirme con el deseo de que nos siga amenizando con más artículos que seguiré leyendo con interés. No lo ponga en duda.