A día de hoy, y a mis 57 años, tengo que decir que jamás lo conocí. Ustedes, los políticos, se han llenado la boca, una y otra vez, diciendo que en Navarra se vivía muy bien, que había un buen Estado de bienestar. ¡Claro que sí, el suyo señores políticos! Dejen de cobrar esos enormes sueldos, dietas, cesantías, pensiones vitalicias de por vida y verán cómo no hay que hacer tantos recortes.

Pidan a los bancos que devuelvan todos esos millones de euros que el señor Zapatero les dio tan alegremente, pero con intereses. Empiecen predicando con el ejemplo, recorten sus sueldos. No es justo ni digno que la mayoría de trabajadores no lleguen a 1.000 euros mensuales y ustedes lo multipliquen por diez.

En su comparecencia ante la opinión pública, señores políticos, ¡vaya teatro! A más recortes, más paro, más miseria. Ustedes son los que aprobaron esos presupuestos, y ustedes solitos son los que los han recortado. ¿A qué juegan?

A los ciudadanos navarros no nos hace ninguna gracia que jueguen con nuestro futuro y el de nuestros hijos.