¡Hay que ver! Con la que está cayendo y todavía queda gente con vergüenza?, aunque se la deja en casa, claro. ¿Se puede saber estas cuatro personas, que se supone que defienden los intereses de los ciudadanos y ciudadanas, dónde y en qué situación se creen que viven? El amigo Miranda aún comenta asombrado que: "Parece que estamos haciendo algo poco menos que delictivo, y siempre hemos cobrado así". Amigo, permítame llamarle así, porque usted es un ciudadano como yo a expensas de la ley, esto no quiere decir que lo de antes estuviera bien cobrado aunque no existiera la crisis que nos está tocando aguantar (de este marrón sí les excluyo). Eso seguía siendo una tomadura de pelo en toda regla, pero los tiempos corrían mejores.
Decenas de empresas, y por consiguiente miles de trabajadores las estamos pasando de a metro, con ERE incontrolados, despidos, recortes desorbitados y ahora se destapa el tema de las dietas y estos enormes políticos-política se quedan a cuadros con el revuelo de la población. Se creen que nos chupamos el dedo porque tienen armas de engaño perfectamente estudiadas, y lo peor de todo es que les funcionan: dividen a la ciudadanía para que no se mantenga unida en sus reivindicaciones, ocultan datos reales. ¿Por qué no cuentan todo el pastelón, por no decir toda la mierda, que llevan guardando debajo de la alfombra? Roberto Jiménez, no vengas ahora con que no quieres hablar para no armar alboroto, porque encima que estás en ese puesto de regalo, no tienes ni voz ni voto mientras sigas sucumbiendo ante la jefa y traicionándote a ti mismo. Iluso.
El día que salte por los aires definitivamente este tinglado económico, llegue en corralito, empiecen a no pagar sueldos o alguna situación parecida nada lejana, estos tipos volverán a poner cara de sorprendidos, como si para ellos también fuera nuevo.
Nos han ido calentando en una olla y mientras el agua estaba caliente nos hemos acomodado, pero ahora que empieza a hervir y que es imposible enfriarla, se va a sobrar en cualquier momento. Y entonces, como siempre, sálvese quien pueda.