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AGAO, la ópera con mayúsculas

El 2 de enero de 1990 tuve la enorme satisfacción de registrar el nombre de la Asociación Gayarre Amigos de la Ópera, entidad sin ánimo de lucro que nacía para fomentar y divulgar la ópera por toda Navarra. Recuerdo la gran bienvenida que nos dio el entonces consejero de Cultura, Román Felones, y nos animaba y auguraba un buen porvenir para la asociación contando con las ayudas institucionales. Iniciamos nuestra andadura montando la ópera Don Pasquale con una voz navarra que con el tiempo es una auténtica figura de la lírica, María Bayo. Recuerdo que la producción fue Emilio Sagi y propiedad del Ministerio de Cultura. En el Teatro Gayarre había un foso que, como mucho, entraban 25 músicos, no había maquilladoras artísticas, coro del Orfeón Pamplonés, Orquesta Santa Cecilia, hoy Orquesta Sinfónica de Navarra. En el Teatro Gayarre dos marmitas llenas de cemento para hacer de contrapeso del peine de los decorados. Pues bien, todo esto cambió gracias a la ilusión de muchísimas personas, el Orfeón, la orquesta y aficionados de pro que se iban sumando al proyecto, y se amplió el foso, se restauró el Gayarre y la asociación tenía alrededor de 1.000 socios. Desde entonces a la actualidad, la AGAO ha creado profesionales del maquillaje, colabora con el concurso de canto Julián Gayarre, dándoles a los ganadores la oportunidad de cantar un rol, que es lo que más aprecian los cantantes noveles y sobre todo ha creado una inmensa afición en todo Navarra y alrededores, dando oportunidad a cantantes locales, fomentando el canto y asociando a aficionados de toda España que llegan a Pamplona a ver sus producciones. Todo esto era imposible sin las ayudas institucionales.

Hoy nos encontramos en la disyuntiva de si la asociación desaparece por falta de ayudas, ¿será posible después de todo lo que se ha conseguido? Un coro estable, orquesta, solistas, producciones y sobre todo una afición desmesurada. Apelo a las instituciones a que no dejen morir a la asociación, hay fórmulas para continuar, si no es económico, cediendo alquileres, contando con otras instituciones vía convenio, colaborando con Baluarte... Y para conocimiento general diré que siempre es menos costosa la iniciativa sin ánimo de lucro (porque participan personas sin remuneración) que la pública.