Jugando a las tribus
Los grupos nacionalistas vascos obtuvieron en Navarra un 27,70% de los votos durante las últimas elecciones. Pero hace ya muchísimo tiempo que tenemos aquí un panorama similar. Desde que surgió la Asociación Euskara en 1877, hay una franja de la población, consistente pero minoritaria, que afirma su identidad vasca. Pero a este ritmo de crecimiento, pueden necesitar uno o dos siglos más para obtener la mayoría de los votos (si el mundo existe aún: parece que eso del cambio climático va en serio).
En cuanto al nacionalismo español es igualmente cándido. Lleva desde finales del siglo XIX esperando a que los otros desaparezcan (por un proceso similar a la evaporación, es de suponer).
Habría también una tercera posición. La de quienes piensan que en el mundo globalizado actual, la más sensata de las alternativas consiste en hacer compatible la promoción de ambas culturas.
Pero mientras tanto podemos comprobar que, frecuentemente, en la rotulación del Ayuntamiento de Pamplona los textos en vascuence tienen una letra más pequeña que los de la línea superior en castellano (¿para ahorrar en momentos de crisis tal vez?). O que, por el contrario, en algunos pueblos de la zona vascófona los bandos de la Alcaldía se publican tan solo en euskera.
Parece que todavía mucha gente disfruta jugando a las tribus.