Es gratificante comprobar cómo en estos difíciles tiempos, con millones de parados y dramas de todo tipo rodeándonos, existen personajes admirables que son capaces de conseguir logros que en principio se antojan inalcanzables. Uno de estos impagables jabatos es el alcalde de Marinaleda (Sevilla). En esa localidad, el paro es prácticamente inexistente, y las actividades allí desarrolladas representan un panel donde pueden mirar otros municipios con graves dificultades.
Durante años, los habitantes de Marinaleda, con su alcalde al frente, han batallado duramente para conseguir que, entre otras cosas, una gran extensión de terreno allí situada y perteneciente a un terrateniente con título nobiliario y que se hallaba no solo improductiva sino también abandonada, pudiera cambiar de manos y convertirse en un terreno verde y lleno de vida. Durante años tuvieron que sufrir desalojos por parte de la Policía, cuando, instalados en aquellas tierras, solicitaban la concesión de las mismas para poder trabajarlas. Al fin lo consiguieron y ahora representa una fuente de ingresos para los lugareños. Pero es que en Marinaleda, entre otras cosas, se lleva a cabo la creación de viviendas a través de la autoconstrucción: el Ayuntamiento pone el terreno, y el vecino, ayudado, construye su vivienda, por la que, una vez terminada, debe pagar una cantidad mensual, pero mínima, simbólica. Y el entusiasmo de aquellas gentes no solo sirve para solucionar sus propios problemas, sino que su solidaridad se expande hacia inmigrantes sin recursos a los que ayudan a formalizar sus documentos y los acogen en la medida de lo posible. El propio alcalde alberga en su casa a un muchacho africano, como un hijo más, mientras legaliza sus papeles. Este joven, emocionado, comenta que nunca pudo imaginar que encontraría fuera de su país unos segundos padres, en alusión al alcalde y su esposa.
La imagen de Juan Manuel, el alcalde, caminando hacia uno de los domicilios en los que le han solicitado alguna gestión y con los brazos abiertos diciendo: "Tal como está la situación, casi hay que hacer milagros", esa imagen es como para llenarla de pétalos de rosa. Juan Manuel, que el cielo te bendiga.