Menos boinas y más txapelas
Si bien con orígenes aún hoy en día discutidos, el uso de la boina, antaño tocado de labradores, comenzó a generalizarse a partir de las Guerras Carlistas. El génesis de la boina ha sido harto discutido y su propio nombre ya suscita polémica. Para algunos, y a pesar de que hoy no distingamos entre ambos términos, la boina no es una txapela, ya que este segundo vocablo significa sombrero (del francés chapeau). Por tanto, la boina es una txapela en cuanto cubre cabezas, pero no toda txapela es boina. ¡Que nadie ose decirle lo contrario a un navarro tradicional! El término txapela solo se utiliza en Gipuzkoa, Bizkaia y Navarra meridional, mientras que en la vertiente septentrional navarra se emplea el vocablo boneta (más por fastidiar que por razones fundadas en mi opinión, ya que es una txapela a fin de cuentas). A pesar de estas discusiones etimológicas, la realidad tiende a ser más práctica y pragmática, por lo que los europeos vecinos nuestros no dudaban en denominar a la boina como gorro navarro o vasco. Como distinción, puede apreciarse que el navarro apenas introduce la boina en su cabeza, mientras que en otras latitudes se la calaban hasta las orejas.
Según la buena maña del usuario, podía inclinar la boina hacia atrás, hacia delante, hacia la izquierda o hacia la derecha. Los menos mañosos (a menudo simples mortales no navarros) se ponían la boina con las dos manos, mientras que los resueltos, siempre navarricos, se la colocaban con una sola mano, de un golpe, dándole siempre un vuelo delantero.
Unamuno decía que la boina se introdujo del Mediodía de Francia, a principios de la guerra civil carlista, hacia 1833, y fue usada por los txapelgorris. En este punto, hay que recordar que tradicionalmente se había llamado txapelgorris a los miqueletes en las guerras carlistas y que fue su general, Zumalacárregui, quien la hizo famosa. Por todo lo anteriormente comentado, cuando el visitante del sur peninsular de turno os diga que os quitéis la boina, contestadle que no, que como mucho podréis quitaros la txapela. Pero no, no lo hagáis, es parte de vuestra Historia. Además, ¿qué hay mejor que ser navarro? Un saludo.