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El poder corrompe

Es fácil dejarse llevar por la comodidad de sentirse apoyado por alguien influyente para conseguir nuestros objetivos personales cuando estos cuentan con el interés económico al que todos, más o menos, tenemos algo que ver.

Yo he de confesar que en mi vida laboral he percibido el famoso sobre no declarado, que sin él mi nómina quedaba algo baja para mi coste de la vida. Hubo un tiempo en que esta práctica estaba muy extendida en todo el mercado laboral, y estoy hablando en fechas anteriores a 1984, y quien no accedía a este forzoso sistema del empresario, quedaba muy mal visto e incluido en la famosa lista negra del mismo. Por ello, los empleados estábamos sometidos a aceptar cobrar en dinero negro.

Por las citadas fechas había otro ambiente muy distinto al de ahora, pero los miedos siempre han existido, y la población activa preferíamos callar y otorgar. Pero a mí no se me daba bien soportar este digamos chantaje, y junto a otros compañeros, optamos por preferir declarar el sobrecito por aquello de ser honrado con el sistema y con uno mismo. Qué duda cabe que al entonces gerente le sentó como un tiro, pero a regañadientes tuvo que aceptarlo. Actualmente estamos viviendo lo mismo con el PP, porque de lo que dice Bárcenas concuerda con lo mío, porque si el personal popular estaba cobrando dicho sobre, con el que estaban acostumbrados para el día a día de sus gastos familiares, el dejar de cobrarlo en negro, pero esta vez no incluido en el sobre oficial, les está representando un serio varapalo económico que difícilmente podrán recuperar.

De ahí el cierre de filas ante Rajoy, por si salen bien de las pesquisas del juez Ruz, pero no pueden estar tranquilos porque el tema incomoda mucho.