Alguien me dirá: "¿Qué necesidad tienes de hablar con un sacerdote católico si tus creencias personales y sus dogmas de fe difieren tanto?". Precisamente por eso, porque, en teoría tratan de exponer públicamente que están abiertos a otras corrientes religiosas y no religiosas. Pero practicando en real te das cuenta, una vez más que son personas que han reforzado a su alrededor un muro psicológico hecho de mármol, de granito y de acero. Me sugería que en mis cartas al director en este periódico (leyó las dos últimas) yo podría tratar de ser menos ¿beligerante?, no recuerdo la palabra que utilizó. Es un hombre de unos cincuenta años, tenía ya una carrera y daba clases antes de hacerse sacerdote. Le pregunté por qué decidió el sacerdocio. Respuesta, un muro, una tremenda evasiva: "Porque sentí con mucha fuerza que me llamó Cristo". Yo también he sentido, con mucha fuerza, muchas cosas que entran en lo que se llama mística, pero a la hora de hablar con otra persona trato de concretar mejor los detalles, dentro de lo posible.
Ellos, los muy arraigados, los muy teólogos estudiosos y convencidos, mantienen una actitud excesivamente preventiva. Si no vas donde ellos a pedirles consejo espiritual, ya eres algo peligroso de antemano. No conciben que otro hombre tenga la inquietud de comunicar sus conocimientos espirituales, los suyos, y fruto de su propio estudio y experimentación, con otra persona que tiene otra ideología diferente. Son muy radicales en esto: "si no vienes a pedir consejo, vienes a tratar de convencerme, y como yo estoy muy seguro de mi fe, el hablar entre tú y yo es, para mí, perder el tiempo". Me lo hizo ver con toda claridad. Su corazón es como un bloque de hierro para esto. Por mucho que hagan propaganda de hablar de igual a igual, jamás existe eso para ellos. ¿Acaso le llamarían hablar de igual a igual a tomar un vino juntos y comentar cosas insustanciales y de entretenimiento?
Ellos se creen con un don divino muy superior a alguien que no sea sacerdote católico, y, sobre todo, si tiene ideologías que chocan de frente. Le apuré en el tema de la resurrección de Jesús, le apreté porque quería huir a todo trapo, y le hice esta pregunta: ¿resucitó físicamente y luego ascendió al espacio cósmico, o estando su cuerpo en la tumba se transformó la materia física en una energía espiritual? Después de mucho reincidir me dejó ver que: "aunque los apóstoles no lo vieron, se transformó en un ser de luz, y que su teología tiene una explicación sobre eso". ¿Se lo cree de verdad? En los Evangelios se narra que la piedra de la tumba estaba movida, pero cuando se les apareció a los apóstoles la puerta estaba cerrada y pudo entrar. Hay contradicciones. ¿Es tan ingenuo o se hace el ingenuo? El encuentro duró una hora.