Danzas de la fertilidad
En ciertos lugares de Egipto, existe la costumbre de contratar bailarinas orientales para las bodas y hacer una fotografía en la que las manos de los recién casados están puestas sobre el abdomen de la danzarina. Normalmente la artista efectúa la Danza del vientre, que, según la tradición, tiene mucha relación con los cultos a la fertilidad. El origen de la Danza del vientre no está muy claro, aunque se supone que su aparición está muy relacionada con el culto a la fecundidad. Bien es cierto que en diferentes tiempos y lugares se llevaba a cabo para dar satisfacción a los asistentes, olvidándose de aquella idea. Se ha llegado incluso a señalar que sus principios se pierden en le Prehistoria y que tal danza comenzó a aflorar de la mano de las civilizaciones matriarcales en el Neolítico. Parece ser que, en aquel entonces, la mujer, como creadora de vida era muy respetada.
En las antiguas Roma y Grecia encontramos danzas de la fertilidad que se basan en los movimientos rotatorios del vientre y las caderas. Manifestaciones parecidas se practicaban también, años atrás en Mesopotamia, India, etcétera. Ya la mitología egipcia señalaba que el abdomen descubierto de la bailarina recogía la energía de Ra como símbolo de la fecundación. Durante muchos años hemos llevado a cabo talleres con mujeres embarazadas, en los que practicábamos estas danzas con cuidado y atención, dependiendo de los meses de gestación. Y acompañábamos el baile con gimnasia preparto, sesiones de relajación y masaje. Masaje que en ocasiones se efectuaba prácticamente hasta el día anterior al parto. Y tras el parto, nuestro contacto con ellas continuaba para hacer una segunda parte: llevar a cabo una gimnasia postparto, dedicando parte de la sesión a aplicar masaje a los bebés. Todo aquello era muy entrañable y, por supuesto, enormemente beneficioso. Suponemos que en la actualidad habrá centros que practiquen algo similar. Animamos a ello. Y, desde aquí, nuestra gratitud a cuantas profesoras de danza oriental han colaborado con nosotros, en ocasiones aguantando con paciencia, poses, mientras realizábamos fotos o sesiones de vídeo para poder explicar posteriormente a las alumnas-pacientes los múltiples beneficios de cada movimiento.