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Sobre las bajeras de la Milagrosa

Soy una vecina de la calle Gaztambide en el barrio de la Milagrosa de Pamplona. Tengo cinco bajeras ocupadas por jóvenes en cincuenta metros de distancia y estoy muy harta. Cada día es una lucha con ellos, ruidos, música hasta altas horas de la madrugada, gritos, sofás en plena calle, suciedad, balonazos, insultos cuando les dices que se comporten? Y los fines de semana este problema se multiplica por mil. Un día me encaré con ellos porque estaban jugando al fútbol en la calle y le dieron un balonazo al coche, pues al día siguiente además del balonazo tenía una raya en la puerta del coche. Volví a decirles y ninguno fue. Lo más suave que me dijeron fue que estaba loca. Son confrontaciones continuas y la convivencia es insoportable. Llamas a la Policía Municipal y para cuando aparecen es una hora más tarde, además de que se meten a las bajeras en cuanto ven el coche y a los cinco minutos vuelven a las andadas, pero encima con más chulería si cabe porque ven que aquí no pasa nada.

Cualquier día llegaremos a las manos con ellos para ver si así, con un suceso en el periódico o en la televisión se hace algo, tanto por parte de los padres de los chavales que allí están que en algunos casos no tienen ni quince años, como de la Policía Municipal y responsables del Ayuntamiento. Este verano se han abierto dos bajeras más en mi calle (ya hay siete en una calle que no tiene 50 metros de largo), y ninguna cumple con la insonorización requerida, ni con servicios, por lo cual tienes a los chavales haciendo sus necesidades en la calle a cualquier hora. ¿Quién da los permisos de apertura? ¿Por qué no se cumple con la anunciada normativa de bajeras-piperos en Pamplona donde se anunciaba que solo podía existir una bajera cada cien metros? Esto tiene que tener una solución porque ya no podemos vivir así.