A Luis Beguiristain
Celebro tu carta, a la que respondo. Encontré algo positivo, Conocimiento, en el Nuevo Testamento, el que allí puso Eusebio de Cesarea. Todo el que hay en el Nuevo Testamento es suyo, y, enlazando con tu último párrafo, Eusebio de Cesarea, autor de parte del Nuevo Testamento, fue una de esas personas sabias que comentas.
Antes de investigar sobre el Nuevo Testamento, lo hice durante 7 años, sobre las doctrinas en Grecia y Roma anteriores al Cristianismo. Y me encontré con el Conocimiento, o Sabiduría, de los Maestros griegos, desde Parménides y Pitágoras (Versos de Oro) hasta Plotino (éste, ciudadano africano del Imperio romano).
Por eso sé disfrutar con el Conocimiento del Nuevo Testamento. Así que he encontrado algo positivo en él, lo que denomino Sabiduría en la web www.sofiaoriginals.com (Sabiduría en los Evangelios originales), y ello me satisface plenamente. Pero ello no obsta para su génesis tormentosa.
Discrepo sobre que en el Apocalipsis se describa el mundo actual, sino para quien quiere así interpretarlo, con gran capacidad creativa. Y para dejar huellas de Sabiduría en el Nuevo Testamento no hace falta un grupo; basta un solo hombre que tenga el Conocimiento, Eusebio de Cesarea.
Lo que el profesor Piñero ha encontrado es la faceta más presentable para sostener la manipulación, consistente en renunciar a aspectos menores para mantener lo fundamental. Pero defiende una trama, seguramente sin él saberlo. (Las personas sensatas lo que antes era conspiración ahora lo llaman trama).
Hasta aquí respondo. Ahora argumento. Tengo ganas de encontrarme con un detractor que haya leído Año 303. Inventan el Cristianismo, en el que pruebo que el cristianismo es un invento del siglo IV. Hasta entonces, los detractores habidos me argumentan dando por buenas las irrealidades de la trama cristiana, sin darse cuenta de que eso es un sinsentido: no cabe argumentar a quien lo echa por tierra todo con los argumentos echados por tierra.
Tengo un libro reservado para todos mis detractores moderados, y tú lo eres, mi apreciado Luis. Por el inicio de la web o por Facebook, que ambos tenemos, por favor, hazme llegar una dirección postal y un número de móvil -para el mensajero- y te hago llegar el tuyo. Y luego, detráctame. Lo harás empleando argumentos que puedan tal vez desmontarme y serás bien recibido, como lo has sido ahora.
Con mis respetos, un cordial saludo.